El volumen preparado por la investigadora mexicana Dina Grijalva y editado en conjunto por Zuramerica y Vicio Impune reúne 170 breves relatos vinculados con la temática del amor pasional y escritos por 115 autores de origen hispano. La ilustración de la portada lleva por título «Imagen secreta», y es una pieza del pintor, grabador y fotógrafo chileno Mario Toral.
Por Cine y Literatura
Publicado el 27.7.2020
Es una antología que, pese a las restricciones a las que nos vemos sometidos, ve la luz gracias a la alianza de dos editoriales independientes chilenas: Zuramérica y Vicio Impune, en pro de que el libro continúe ocupando siempre el lugar que merece. Reúne 170 breves relatos vinculados con la temática erótica de 115 autores hispanoamericanos y españoles. La ilustración de la portada lleva por título Imagen secreta, y es una pieza del pintor, grabador y fotógrafo Mario Toral, exhibida en el MAVI (Museo de Artes Visuales de Santiago de Chile).
El desafío fue propuesto por la escritora y ensayista mexicana Dina Grijalva, doctora en letras por la UNAM y profesora e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa, quien realizó una estancia posdoctoral en la Universidad de Salamanca, en donde investigó sobre la narrativa erótica en lengua española.
A partir de la segunda quincena de julio esta antología se encuentra a disposición del mundo lector a través del portal de la Editorial Zuramerica. La extensa lista de los destacados autores que forman parte del libro, muchos de los cuales han incursionado previamente y con éxito en la novela y el cuento, se pueden apreciar en la mencionada plataforma, especificando títulos y nacionalidades.
El género literario de la minificción, o microcuento, es un fenómeno iniciado en Latinoamérica por Rubén Darío, que sigue provocando interés creciente en la actualidad. Destacados escritores hispanoamericanos como Augusto Monterroso, Julio Cortázar, Juan José Arreola, Marco Denevi, Jorge Luis Borges y otros, lo han cultivado. Se publican con mayor frecuencia antologías, se realizan congresos en todo el continente destinados a su conocimiento y divulgación, y se desarrollan estudios sobre el género.
También proliferan los concursos de microficciones por doquier, y surgen espacios en revistas, redes sociales y páginas web consagradas a esta forma narrativa, la que llama la atención por su creciente popularidad y atractivo, conquistando cada día nuevos lectores. Se potencia esta emergente producción, tanto por sus virtudes artísticas, como por su capacidad de abrir la literatura a vastos sectores de la población atraídos por su sencillez, seducción y empatía. Asimismo, está comprobado que la microficción estimula a escolares y adolescentes para que se acerquen al mundo literario.
De hecho, en escuelas públicas se ha masificado de forma innegable y muchas veces constituye el primer contacto de los estudiantes con la literatura. Además, en los talleres literarios se incursiona en el género con éxito y fascinación. Por esta y otras razones los editores de Zuramérica y Vicio Impune han considerado que publicar esta nueva antología de microcuentos contribuirá a su mayor difusión, así como al descubrimiento de escritores poco conocidos y también a una nueva valoración de aquellos ya consagrados en la narrativa continental y peninsular.
¿Microrrelato, microcuento, minificción o relato hiperbreve? Estas y otras denominaciones aluden a esos textos brevísimos, cuyo límite cuantitativo podría extenderse hasta llegar a unas cuatrocientas palabras. La discusión está abierta, como en toda nueva área del conocimiento, el arte y la expresión humana. Si bien se trata de una forma narrativa que comienza a desarrollarse a finales de los años sesenta, es durante la últimas décadas cuando ha cobrado auge y gran visibilidad, particularmente en Latinoamérica.
No podemos dejar de tener en cuenta que se trata, quizás, del arma más potente con la que contamos para hacer frente a esa fascinación de las nuevas generaciones por las nuevas tecnologías y las redes sociales. El único medio capaz de llevar textos que cautiven y que cabe en un dispositivo, adaptándose a la rapidez de la vida cotidiana.
La académica española Francisca Noguerol dice a propósito de esta vasta y considerable antología del microrrelato erótico: “estas páginas reúnen a 115 autores —59 mujeres y 55 hombres, lo que da fe del deseo de Grijalva por posicionar en su justo lugar las voces femeninas—, procedentes de lugares tan diversos como Argentina, Chile, Colombia, España, Guatemala, México, Perú, Uruguay o Venezuela, y hecho que de nuevo revela una notable virtud de esta antología, empeñada en dejar de lado los textos y zonas tradicionalmente privilegiados por la crítica para descubrir nuevos nombres para el canon de la minificción. Seducción, intensidad, transgresión, juego… Éstos son algunos de los rasgos que comparten los textos acá reunidos —tan breves como agudos— con las diversas artes amatorias consignadas bajo el rótulo común del erotismo. Si a este hecho le añadimos que los textos antologados han sido escritos por autores comprometidos con la subversión del discurso amoroso tradicional, se entenderá el estallido de rebeldía que signa Eros y Afrodita en la minificción, un volumen tan necesario como provocador en el que la sexualidad —activa o pasiva, pudorosa o agresiva, problematizada o gozosa— queda expuesta en todas sus variantes”.
A la importancia del relato breve y al impacto de Eros y Afrodita en la minificción, se refiere su compiladora, Dina Grijalva: “…Si la minificción siempre busca la participación de quien lee y mantener en vilo la mente de la lectora o el lector, cuando se trata de una minificción erótica propicia, además, que las palabras permitan vislumbrar el universo de la pasión y estremecer no solo la mente sino el cuerpo. Raúl Brasca llamó a los microcuentos “diminuto remolino de palabras”, ese remolino suele transformarse en tornado cuando lo que transportan sus palabras es el delirio amoroso. Y lo hacen con una intensidad a menudo inversamente proporcional a la extensión del texto. De allí que digamos que el tamaño sí importa; pero, a diferencia del mito falocéntrico, aquí constatamos que un infinito placer puede despertarse y prolongarse en un reverberar feliz a partir de una miniatura sexual, perdón: textual. Todo depende de la pericia de quien busca despertar el deleite, con la palabra colocada en el lugar preciso. En ese saber colocar la palabra donde se debe, las y los minificcionistas aquí reunidos revelan su maestría. Si toda minificción invita y provoca a la participación activa de quien la lee, esa provocación es aceptada con complicidad feliz cuando leemos estos artificios textuales y sexuales que hoy tienes entre las manos”.
Y continúa con la siguiente pregunta:
“¿Cuál es el impacto o aporte de este libro al imaginario lector? Pues muchísimo… este libro es un arma de grueso calibre para el lector actual y joven…Y como la brevedad va de la mano con lo intenso, fascina ver cómo las minificciones eróticas expresan el deseo, pulsión o placer, de manera directa, sin palabras excedentes o preliminares; leerás aquí textos breves o brevísimos en donde la pasión y el arrebato pueden ser desatados por un solo sentido: la vista, el oído, el gusto. O textos donde algún anhelo aparece en toda su pureza. Leerás también es esta antología minificciones en donde son las propias palabras las detonantes del erotismo, en donde el placer sensual se engarza con el placer del lenguaje”.
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Dina Grijalva es una escritora, investigadora y profesora mexicana. Doctora en letras por la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM. El grado lo obtuvo en 2010 con una disertación sobre la narrativa de Inés Arredondo y Luisa Valenzuela. Es profesora e investigadora en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa UAS. Forma parte del Sistema Nacional de Investigadores SNI, nivel i.
Ha sido auspiciada por el Fondo Regional para la Cultura y las Artes del Noreste, FORCAN. Su línea de investigación es la narrativa en lengua española. Ha publicado diversos artículos para revistas especializadas en literatura, además de publicaciones periodísticas. Ha escrito, además, libros de ensayo y de minificción.
Imagen destacada: Mario Toral.