Otra prueba de la gran valía que ha adquirido la obra creativa de este juez y escritor chileno, es la tesis defendida este mes de mayo en la Universidad de Magallanes —y de la cual se transcribe un fragmento más abajo— basada en un análisis comparativo entre uno de sus créditos recientes (publicado en 2017, por Simplemente Editores) y el filme «2001: Una odisea del espacio», del mítico realizador estadounidense. Estos hechos hacen que desde ya, el Diario «Cine y Literatura» enarbole como una causa propia la candidatura de este connotado narrador de la generación de los 80 para el Premio Nacional de la especialidad, el que ha de entregarse en 2022.

Por Francisco Delgado Mansilla

Publicado el 23.5.2020

La reescritura se comprende como un proceso de transformación de un texto a partir de otro, por ello se detallará qué elementos tomó Juan Mihovilovich de 2001: Una odisea del espacio, además de cómo los integró para la construcción de su novela.

En el filme, el ser humano evoluciona lo suficiente, dando un gran salto tecnológico para poder alcanzar al monolito y así poder comprender, de mejor forma, su origen ligado a una posible raza superior. Por lo que fue necesario dejar atrás todo lo aspecto primitivo de la humanidad, algo visto al inicio de la película con los homínidos y sus luchas de supervivencia.

Si bien ambas obras establecen el tema de la evolución, estas no son llevadas de la misma forma, ya que Iván Aldrich busca inconscientemente su evolución transversal, lo hace desde el crecimiento personal, es decir descartar cualquier indicio de aptitudes rústicas como la violencia; en cambio el ser humano en el largometraje busca su evolución, en el crecimiento como humanidad en pro de un mayor entendimiento de su existencia a través de aumentar sus conocimientos sobre su entorno. Al respecto, se puede ejemplificar con el apagado de HAL-9000 (2001 1:51:00 – 1:57:00), David Bowman vio cómo su misión se comprometió con la actitud negligente que había tomado la inteligencia artificial, causando intencionalmente la muerte del resto de la tripulación. Lo que se asemeja cuando Iván Aldrich parte a Brasil para conocer a Paulo Freitas, desligándose de su cargo como juez, además de establecerse en una relación de pareja, desprendiéndose de los amoríos múltiples a los que acostumbraba.

El monolito es un elemento crucial dentro del filme, porque es el móvil que tienen los personajes siguiéndolo para poder conseguir respuesta sobre su origen. Lo que también afecta en todo el avance tecnológico y en el esfuerzo humano utilizado en la misión. Es entonces que cada aparición del monolito, plantea un nuevo escalón que el Ser humano debe superar si quiere lograr su cometido. En la novela se denota como está presente el símbolo de un elemento de cambio y progreso, sin embargo es interpretado como aquellos eventos que definen el crecimiento personal del protagonista. Por lo que se puede señalar que Iván Aldrich sería el representante de la humanidad, así como los distintos personajes en el filme lo fueron para encarnar cada parte del camino.

Ahora bien, anteriormente hemos mencionado el concepto de la reescritura por asimilación, referida a la atracción de un autor por determinado texto que quisiera reescribir, más que nada porque su contenido comparte. También se ha dicho que Mihovilovich asimiló en su novela ciertos aspectos del largometraje para la construcción de Iván Aldrich, sumado a elementos biográficos. Esto se puede comprobar con el detalle de hacer escritor a su protagonista, porque justamente es este el motivo por el que, se supone que a Stanley Kubrick le interesa conocer a Iván Aldrich: “Aceptó conversar conmigo porque le aseguraron que yo era un escritor sudamericano que saltó a la fama de improviso con una obra cuyo personaje vive y sueña en paralelo” (p. 141), y esto toma forma de un homenaje por parte de Mihovilovich hacia el director cuando, en el último relato ambos personajes se funden en uno solo (p. 143). Lo que se interpreta como una manifestación de que tanto Juan Mihovilovich, como Stanley Kubrick son los creadores de Iván Aldrich.

Tras la aplicación de los conceptos de la intertextualidad y la interdiscursividad, el análisis comprueba que existe una verdadera relación entre la novela Espejismos con Stanley Kubrick. Relatos novelescos y la película 2001: Odisea del espacio, considerando que la primera utiliza elementos característicos de la segunda adaptándolos: la presencia simbólica del monolito que ejerce como el objeto de cambio, y que en la novela, como hemos visto, está representado por diferentes personajes y acontecimientos; o la aparición de Stanley Kubrick dentro de la novela, como un personaje que demuestra su influencia en el propio autor para la creación de la obra, presentándolo como uno de los creadores de Iván Aldrich, ya sea a modo de dar créditos o como un homenaje.

En cuanto al personaje de Iván Aldrich, este presenta una holgada curva dramática que se traduce en un desarrollo completo, proponiendo rasgos emocionales e intelectuales, que fueron madurando para demostrar su avance hacia su objetivo fundamental. También se presentan obstáculos a modo de prueba, que van expresando empíricamente, sobre su crecimiento personal a lo largo de la novela. Es así que, tanto los personajes de Juan Mihovilovich como los de Stanley Kubrick, son la proyección del Ser humano en su constante exploración existencial. Se representan así dos vías para el autodescubrimiento; en la novela una búsqueda a través de lo espiritual y emocional, mientras que en la película, se realiza en aspectos concretamente intelectuales.

Asimismo, el protagonista de la novela sigue una estructura narrativa similar a la expuesta en el filme y con la característica que pueden ser comparables entre los personajes de ambas obras artísticas, como por ejemplo: los rasgos primitivos de los homínidos se relacionan a los primeros años de vida de Aldrich, o también, ambos personajes se vieron obligados a separarse de componentes banales de su vida (tecnología, instintos, entre otros), para alcanzar sus debidos objetivos.

Sin embargo, hay cuestiones en que estas dos obras discrepan, esencialmente en el final de ambas. Puesto que, en la novela Iván Aldrich se marca el final de su camino, convirtiéndose en un ser más completo, mientras que en la película se interpreta que el personaje de David Bowman se transforma en un feto con capacidades superiores al resto de los humanos, además el hecho de ser enviado de vuelta a la tierra, representaría el comienzo de un nuevo camino, ya como un ser supremo, o al menos como un ser humano con experiencias previas de vasto desarrollo. Aunque cabe decir, que ambas obras responden con una carga filosófica, en cuanto a la incansable búsqueda de la humanidad para responder a su origen.

Finalmente, es posible mencionar cómo ambos autores han innovado en sus campos; Stanley Kubrick con la dirección y la calidad de los efectos especiales en un filme de ciencia ficción, en tanto, Juan Mihovilovich fue uno de los autores que impulsó la literatura magallánica a principio de la década de 1990.

A partir de esta investigación, se da hilo para trabajar la novela de Juan Mihovilovich con las obras literarias que complementan el filme de Stanley Kubrick, como lo es el cuento El centinela o la novela 2001: Una odisea espacial, ambas escritas por Arthur Charles Clark. Lo que también se puede abordar con el resto de obras de Juan Mihovilovich profundizando y encontrando nuevas relaciones, igualmente, la propuesta está en indagar con estudios similares al presente, a otros autores de la literatura magallánica.

También puedes leer:

—2001: Una odisea del espacio, de Stanley Kubrick: Buscando el más allá de lo humano.

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Francisco Javier Delgado Mansilla, nació en el año 1993 en la ciudad de Punta Arenas (Chile). Durante el 2020 egresó de la carrera de pedagogía en castellano y comunicación en la Universidad de Magallanes.

«Espejismos con Stanley Kubrick. Relatos novelescos», de Juan Mihovilovich (Simplemente Editores, 2017)

Tráiler:

Juan Mihovilovich Hernández

Francisco Delgado Mansilla

Imagen destacada: Un fotograma del largometraje 2001: Una odisea del espacio (1968), del realizador estadounidense Stanley Kubrick.