[Estreno] «El tesoro»: Un Robin Hood kafkiano

El filme del realizador rumano Corneliu Porumboiu —disponible en la plataforma de streaming de Arcadia Films— es una comedia inteligente y hasta cerebral, se cocina a fuego lento y anima a su audiencia a no perder de vista a sus personajes principales.

Por Felipe Stark Bittencourt

Publicado el 7.2.2021

Es de noche en Rumania. En su pequeño departamento, Consti le lee a su hijo las aventuras de Robin Hood, el bandido que le robaba a los ricos para dárselo a los pobres, hasta que llaman a su puerta.

Es Adrian, su vecino, un personaje poco confiable, demasiado preocupado del dinero y a quien nunca se termina de conocer. Consti lo sabe, pero cuando Adrian le propone ir en busca de un tesoro que se encuentra en el jardín de un viejo caserón familiar, accede a acompañarlo.

Corneliu Porumboiu, el director, teje con estos personajes una comedia singular, de corazón kafkiano y líneas simples. El minimalismo que aplica a la historia —totalmente desdramatizada, despojada de furor y con un humor punzante—, reposa en interpretaciones que parecen heredadas del humor pétreo de Buster Keaton.

Hay emociones fuertes, pero comedimiento a la hora de expresarlas; comedimiento que se traslada también al plano. Porumboiu se decanta por una imagen muy limpia, con decorados extremadamente simples, colores casi mustios y encuadres de perfecta simetría.

Y esto, porque el mundo que Porumboiu ha creado reconoce los estigmas del pasado de Rumania, las diferencias políticas, la enrevesada burocracia, los padecimientos de la clase media y los deseos, acaso infantiles, que pretenden un futuro mejor.

Se esboza así la referencia a Robin Hood, héroe popular del panorama literario inglés que buscaba restablecer otro mundo, uno perdido, quizá de apariencia más ingenua, uno en el cual los tesoros responden a la imaginación de un niño, pero no por eso necesariamente de conceptos enteramente inocentes.

A fin de cuentas, los niños reflejan las directrices que toman sus pares adultos y eso lo sabe el equipo de cineastas. Es Robin Hood conociendo a Gregor Samsa. Es Robin Hood despertando, luego de un sueño intranquilo, en un horrible insecto.

El tesoro es así una comedia inteligente y hasta cerebral. Se cocina a fuego lento y anima a su audiencia a no perder de vista a sus personajes. Pretende no olvidar las emociones y el corazón y, hasta cierto punto, lo logra, pero con imperfecciones. El aparataje minimalista y desdramatizado permite la risa, pero no con la frecuencia que se espera de una comedia al uso.

Esto no necesariamente es un problema, como lo demostró el director español Luis García Berlanga con su comedia negra El verdugo, también kafkiana y con un humor diferente, «no gracioso», como escribe David Cairns.

En esa película, rodada, estrenada y ambientada en la España de Franco, el tema político opera como escenario que absorbe y condiciona el actuar de los personajes, todo articulado desde un individualismo que explica el deterioro de una sociedad azotada por el cambio y la guerra reciente. En El tesoro ocurre algo similar, pero cuesta percibir la agudeza, pese a que está ahí.

A fin de cuentas, no todos los botines de Robin Hood eran cuantiosos o los mejores, pero al menos operaron un cambio en quienes lo recibieron. Contribuyeron, además, en alimentar el mito del héroe inglés.

La película de Porumboiu es uno de esos botines, uno que nos evidencia esa irrealidad dura del pasado histórico que se manifiesta en la mezquindad de los caracteres humanos, aunque no sea el tesoro más brillante o más llamativo. Queda, sin embargo, una película más que decente y una excelente muestra de dominio cinematográfico.

 

***

Felipe Stark Bittencourt (1993) es licenciado en literatura por la Universidad de los Andes (Chile) y magíster en estudios de cine por el Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Actualmente se dedica al fomento de la lectura en escolares y a la adaptación de guiones para teatro juvenil. Es, además, editor freelance.

Sus áreas de interés son las aproximaciones interdisciplinarias entre la literatura y el cine, el guionismo y la ciencia ficción. También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

 

 

Tráiler:

 

 

Felipe Stark Bittencourt

 

 

Imagen destacada: El tesoro (2015).