[Estreno] «Harley Queen»: La desigualdad en Chile desde los ojos de una stripper

El largometraje documental de los realizadores nacionales Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda —un filme que acaba de estrenarse vía streaming en la plataforma de Centroartealameda.tv— es una inédita y múltiple exploración audiovisual a través de un Puente Alto plagado de transformistas, neonazis mestizos y seres marginales.

Por Ezequiel Urrutia Rodríguez

Publicado el 15.12.2020

Corría el año 1997 y la dupla de Bruce Timm con Paul Dini presentaba su obra homónima Amor loco, un especial para la saga de Batman (Kane y Finger, 1939) que ilustraba los orígenes de la afamada villana de DC, Harley Quinn.

En esta historia, el dúo de dibujantes nos expondría los intentos de una enloquecida mujer por conseguir el afecto del Príncipe Payaso (el Joker, o Guasón), aun a costa de soportar sus insultos y maltratos.

El punto de partida para una historia de emancipación, que inspiraría a muchas mujeres en la misma situación de Harley a salir de ese agujero, incluyendo a la protagonista de este último metraje.

Filmado en 2019, el largometraje documental de Adriazola y Sepúlveda nos presenta a una stripper de Puente Alto apodada como “Harley Queen”, cuyas primeras tomas, si bien, no revelan mucho de ella, sí lo hacen del ambiente por el cual ésta se moviliza y respira.

Un fuerte contraste entre el campo abierto, a las afueras de la ciudad, y el retrato de las poblaciones marginales tan características de las periferias (me hicieron sentir como en casa).

Tales encuadres, se encargan incluso de ir más allá de una introducción, volviendo la vida de nuestra protagonista el medio para abordar variadas problemáticas sociales, desde la desigualdad social tan renombrada, hasta la violencia en las calles que ha llevado a sus habitantes a responder con aún más violencia.

Un punto interesante de dicha violencia vendría de la mano de cierto partidario del Nacional Socialismo, amigo cercano de esta bailarina, quien no solo expone abiertamente de sus habilidades con el machete, sino que también pone en la mesa el deseo de retribución hacia la delincuencia, mal que en Chile solo es tratado como un anuncio en las elecciones, junto a la deficiencia de policías que velan más por una estatua que por la gente.

Claro, es difícil hablar del Nacional Socialismo luego de todo lo ocurrido en la década de 1940, en especial por el discurso de la “raza superior” de Hitler. Ergo, no es raro que tengan tantos simpatizantes, más cuando se vive en condiciones similares a las que llevaron, acabada la Gran Guerra, al ascenso de dicho régimen.

Un pueblo en la pobreza, mientras que una élite se lleva todos los recursos, a la vez que el gobierno lo dirige un incompetente que solo vela por el beneficio de sus cercanos. ¿Les suena familiar?

Y sé que muchos piensan que la violencia no resuelve las cosas, es más, parte del discurso de Cristo en nuestra sociedad apunta al perdón.

Sin embargo, la misma Biblia hace alusión a las llamadas “mentes reprobadas”, individuos que simplemente no entienden de razones y solo queda eliminarlos para que no sigan haciendo daño (sí, esto último no lo dice explícitamente, pero es lo que propone este personaje frente a las cámaras).

Esto mismo terminaría dirigido hacia la música urbana, la que si bien, ciertamente, tuvo en sus orígenes un aura de protesta, denunciando la contrastada realidad entre ricos y pobres, también es cierto que el mercado la deformó, romantizando la “vida marginal” al punto de volver el tráfico y el robo un ambiente de “realización”, cuando, en realidad, solo te hace un miserable que vuelve más miserable la vida de otros miserables.

Así, no es sorpresa que muchos tengan motivos para odiar el género urbano, especialmente al Trap y al Reggaetón.

Por otro lado, y considerando el peso en Chile de las creencias en espíritus, es interesante cómo esta cinta aborda este aspecto: la visión nocturna de las cámaras le da ese toque tétrico (y estético) a su alrededor.

Sí, cuando se toca lo espectral en formato Rec. la mayoría suele decir: “es actividad paranormal” (que no es un cumplido).

No obstante, es justo esta ambientación la que le da esa vibra tan espeluznante al documental, ya que, ¿no ha sido la oscuridad el primer miedo de muchos?, ¿ese instante de incertidumbre donde todos pueden observarte, pero tú no?

Sin mencionar el efecto de inmersión que esta técnica ofrece, en que el espectador se vuelve uno más del grupo, con la cámara como sus ojos, temblando del mismo modo que este temblaría estando en ese lugar.

Pero ahora, ya centrándonos netamente en la protagonista.

 

Baile, sensualidad y feminismo

La cuarta ola del feminismo, con todo y sus derivados, así como el fuego que venden los medios (las cosas como son), ha sido difícil de tratar sin caer en discusiones aguerridas. Pero estos planos con Harley de frente, dan una idea del punto de este movimiento, uno que poder discutir de buena manera.

Sí, se comenta el acoso y la brecha salarial (calculada bajo un promedio), pero también se da a entender las discrepancias que existen entre estas facciones, expuesta en el roce entre la facción que avala el Strip, en contra del sector que busca abolirlo.

A su vez, se abre el espacio para que este elenco se desahogue y pongan en juicio el concepto de “sororidad” de dichas detractoras, quienes no dejan de llamarlas “putas”, “maracas”, pero que luego hablan de la libertad de elección.

Claro, esto no es exclusivo de esta rama del feminismo radical. De hecho, en el mismo barrio de Harley, pueden verse madres que reprueban su trabajo. Pero se aprecia que este grupo haya podido exponer su punto, lo que a su vez refleja esta “sororidad”, no solo por asuntos laborales.

Por otra parte, ya centrándonos en su oficio, se aprecia la importancia que se da a los procesos, en los que van adquiriendo las herramientas que necesitan para sus actos.

Entre tanto, se da el espacio para conocer el lado competitivo de este ambiente, lugar físico en que se vislumbran a diversos exponentes, independientes de su género.

Justamente, algo que se valora mucho del entorno del Strip es la aceptación a la diversidad que socialmente no suele aprobarse, se vuelve un espacio seguro para explorar tu identidad por medio del baile, la sensualidad sin tapujos, lejos del miedo o los prejuicios.

Un ambiente de emancipación bajo las alas de la noche, tal y como la doctora Quinzel lo haría en los cómics.

 

El cine chileno y los barrios populares

Ahora bien, ante todo esto, solo nos quedaría realizar esta última pregunta: ¿es Harley Queen, de Adriazola y Sepúlveda, una pieza recomendable?

Por supuesto.

Hablamos de una historia que va más allá de solo ser una, incluso va más allá del tema que le compete a su protagonista. Como es de esperarse, nos presenta su realidad, esa de la que muchos están al tanto pero de la cual pocos prefieren hablar.

Esto último, hasta se vuelve una amonestación a la industria fílmica chilena, cuyas cámaras no suelen bajar de ese nicho en Plaza Ñuñoa, lo cual es una lástima, porque historias como esta solo muestran el infinito potencial que los cineastas hallarían fuera de su cerca.

Pero bueno, esperemos que la historia de esta “Harley Quinn”, así como de todas las “Harleys” a su alrededor sean el impulso para que estos creativos puedan dar ese paso necesario con el fin de llegar a un cine chileno sin clasismo, sin racismo y bien lejos de las dinámicas de relaciones propias de una sociedad neoliberal.

¡Oh! Y ya que hablamos de promoción, esto también va para las compañías publicitarias, que si bien es cierto que Spider-Man 3, con Tom Holland, Andrew Gardfield y Tobey Maguire, van a generar más ingresos que un relato de las poblaciones de Santiago, no significa que historias como esta no puedan defenderse, ni ganar una atención respetable ante el público nacional.

Solo necesitan una oportunidad.

 

*Si usted desea visionar el largometraje documental Harley Queen (2019), de los realizadores Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda, por favor siga este enlace.

 

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Ezequiel Urrutia Rodríguez (1996) es un joven escritor chileno nacido en la comuna de San Miguel, pero quien ha vivido toda su vida en los barrios de Lo Espejo.

Es autor del volumen Kairos (Venático Editores, 2019) su primera obra literaria, y la cual publicó bajo el pseudónimo de Armin Valentine.

También es socio activo de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) y licenciado en educación y profesor de educación básica de la Universidad Católica Silva Henríquez.

 

Los directores Carolina Adriazola y José Luis Sepúlveda

 

 

Tráiler:

 

 

Ezequiel Urrutia Rodríguez

 

 

Imagen destacada: Harley Queen (2019).