No deja de ser un hecho artístico agradable ver a Joaquin Phoenix trabajar de nuevo con el legendario Ridly Scott, después de 23 años. Una épica histórica es lo que los vuelve a reunir en este «biopic» acerca del emperador francés del siglo XIX, un largometraje con bastante visión cinematográfica, pero con una regular perspectiva en guion y trama.
Por Rafael Jaramillo Avellán
Publicado el 26.11.2023
De los estrenos de cierre de año este era uno de los que yo más esperaba a pesar de que con los trailers había algo que no me lograba enganchar al cien por ciento. Lo bueno es que con el tiempo he aprendido a controlar las expectativas para que estas no afecten mi escritura, ya que en este caso Napoleón para nada entregó lo que tenía en mente.
Siempre al César lo que es del César, por lo que es necesario hablar del rol de David Scarpa y de Ridley Scott. David Scarpa es el guionista de la historia, quien inclusive contó con un consultor histórico llamado Lorris Chevalier. El principal problema del filme radica en que la trama es bastante floja y todo es planteado con una sencillez que no cuadra con lo grande que fue el homónimo conquistador.
Pareciera que sus logros dependieron únicamente de su voluntad por disparar cañones contra sus adversarios. No hay fondo interesante y los diálogos, sucesos importantes y giros son bastante regulares. Hubiera sido excelente ver un estudio de personaje profundo en vez de solo sus batallas y las peleas con su esposa.
Larga y olvidable
Pasándonos a Ridley Scott, lo que resalta de esta obra audiovisual es la calidad cinematográfica. Este director cumple bien su rol y entrega escenas de batalla impresionantes. No solo eso, el resto del largometraje cuenta con tomas y encuadres que destacan lo que sucede en escena.
Puntos a favor existen por el lado de las actuaciones, donde Vanessa Kirby hace un maravilloso trabajo y resalta bastante por encima del resto.
Un rol siempre será como un zapato y debo decir que este no le calza para nada a Joaquin Phoenix, simplemente no le queda el papel de Napoleón. Su voz, gestos y presencia no terminan de convencer y no logra empatía, pero tampoco desdén hacia su interpretación. Simplemente va por ahí disparando cañones.
Esta biografía no es mala, pero está muy lejos de ser buena. La recomiendo para aquellos que gustan mucho del cine épico, de periodos históricos y bastante de la representación de guerras y batallas. Para el resto, es muy probable que sea muy larga y olvidable.
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Rafael Jaramillo Avellán (Guayaquil, 1994) estudió ingeniería civil en el Tecnológico de Monterrey (México) y actualmente cursa una maestría en innovaciones pedagógicas en la Universidad Casa Grande (Ecuador).
Amante del audiovisual desde muy pequeño, lleva siete años escribiendo crítica de cine y ha colaborado con revistas tanto físicas como digitales. Sus escritos pueden encontrarse en su blog personal.
Tráiler:
Imagen destacada: Napoleón (2023).