[Estreno] «#TeSigo»: El desgaste de perseguir un sueño

Dirigida por el realizador galo Eric Lartigau (“La familia Bèlier”), la cinta narra el vínculo amoroso que surge a través de las redes sociales entre un chef francés y una misteriosa joven coreana. El filme estará disponible desde este jueves 28 de enero en las plataformas de streaming de Cinemark y de Cinépolis.

Por Ezequiel Urrutia Rodríguez

Publicado el 28.1.2021

En una época donde no puedes comerte un Gohan en calle Bandera sin que todo mundo lo vea, hasta vuelve necesaria esta crítica, la cual golpea a su espectador con fuerza, independiente de la edad que tenga.

La cinta del director francés, Éric Lartigau (1964) nos cuenta la historia de Stéphane (Alain Chabat), un cocinero de Burdeos que ha viajado a Corea a conocer a la mujer con la que lleva largas conversaciones en el chat, solo para darse cuenta, igual que en cierto programa de Chilevisión sobre las redes sociales, que nada era como se lo mostraban.

Dicha premisa llega a tal grado de retratar nuestro comportamiento frente a Internet, que hasta sus mismos encuadres priorizan su enfoque de la cintura hacia arriba, justamente, el que podemos encontrar dentro de estos programas con los cuales promocionamos nuestras vidas.

Y digo “promocionamos”, porque exactamente es eso lo que hacemos.

Pero lo atrapante de tales composiciones vendría de la manera en que Lartigau pone a su protagonista como el claro reflejo de un usuario promedio, quien en primera instancia se muestra buscando captar una imagen lo más atractiva posible para compartir con esta mujer. Esto, de la manera más meticulosa y llamativa posible.

A esta introducción hay que dar crédito al encargado de fotografía, Laurent Tangy, quien demuestra en su encuadre el sello propio del naturalismo, y la belleza que Stéphane desea capturar (aunque no necesariamente sea un experto en la materia, pero se aprecia su esmero y su intuición ante la imagen).

Por otro lado, la manera en que utilizaron la imagen aumentada para presentar a la audiencia los mensajes de Stéphane fue, sin duda, surrealista. Te permite imaginar esas posibilidades en que el avance de la tecnología llegue a ese nivel de proyección, donde ya todo se vuelva puramente digital.

Sin embargo, así como deslumbra que tales mensajes puedan estar tan abiertamente a la vista, Lartigau dejaría ver una clara indirecta a cómo la privacidad de los usuarios ha sido vendida a estas grandes corporaciones publicitarias. Problema que últimamente ha tenido en el ojo mediático a miembros importantes de ciertas compañías (ya saben a quién me refiero).

Pero si esto no les resulta problemático a los usuarios, así como la forma en que se han quedado absortos ante la pantalla, Lartigau apela a este elemento tan discutido últimamente: el hecho de que no hay garantía para lo que se encuentre tras esa cámara.

A lo largo de estos años, muchos directores han tocado la problemática de la imagen que proyectamos en Internet, desde los juegos en vivo, los perfiles falsos, junto con los mismos embustes que acompañan a estos últimos. Y Lartigau no sería la excepción.

Es aquí donde el director nos presenta a la figura de Soo (interpretada por Bae Doona), la mujer a la que Stéphane tanto le escribe. De ella podemos apreciar las ilusiones que este cocinero acumula, sumado a sus intentos por impresionarla con estas “selfies” hacia todo lo que hace.

Lo triste de ver a Stéphane en esta situación desesperada por obtener, aunque sea una respuesta de esa tal Soo, es que con esto Lartigau apela a la búsqueda constante de aprobación que los usuarios buscan de sus espectadores.

Esto, sumado a cómo se traspasa nuestra cotidianidad a una especie de “campaña publicitaria”, al grado de que no importa lo que hagamos, la prioridad está en cómo impresionar al espectador.

Aquello mismo termina siendo una lástima, ya que en el caso de Stéphane, durante su viaje, experimenta un sinfín de momentos agradables que más de uno quisiera vivir.

Léase: probó nuevos platos, conoció una banda de K-Pop, a un equipo de fútbol del lugar, ¿pero de qué sirvió? Nada. Un intento por llamar la atención de alguien que nunca contestaba.

Y esto, precisamente, es lo mejor de este trabajo de Lartigau, que por medio de estas imágenes tipo Instagram, sumado a su juego de realidad aumentada, nos presentó a un usuario calcado a nosotros, quien dejó de lado el vivir la experiencia por presentar una imagen a un colectivo, llamándonos así a reflexionar sobre esa foto hacia un momento que no necesariamente tiene que importarle al resto, y que como el mismo director propone, es algo que mejor disfrutas tú mismo.

Carpe Diem, ¿no?

 

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Ezequiel Urrutia Rodríguez (1996) es un joven escritor chileno nacido en la comuna de San Miguel, pero quien ha vivido toda su vida en los barrios de Lo Espejo.

Es autor del volumen Kairos (Venático Editores, 2019) su primera obra literaria, y la cual publicó bajo el pseudónimo de Armin Valentine.

También es socio activo de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) y licenciado en educación y profesor de educación básica titulado en la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez.

 

«#TeSigo» (2019)

 

 

Tráiler:

 

 

Ezequiel Urrutia Rodríguez

 

 

Imagen destacada: #TeSigo (2019).