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Experiencia Ovni 1974: La aparición que cambió la vida de un grupo de artistas populares chilenos

Al regreso de una presentación de esparcimiento recreativo, Marcelo Hernandez (conocido por ser el creador del programa de entretenimiento televisivo «Cachureos») conducía su automóvil por la carretera, Jorge Cruz iba como copiloto, y en la parte de atrás se encontraban Tito Fernández, Gloria Benavides y Patricia Chávez. En medio del sueño de los intérpretes, quien dirigía el volante le pregunta a Fernández si lograba divisar una ampolleta al costado de la ruta, frente a lo cual irónicamente «El Temucano» le responde: “Debe ser un platillo volador”.

Por Carlos Ravest Letelier

Publicada el 2.5.2018

En el mes de agosto de 1974 un grupo de artistas chilenos conformado por Humberto Fernández, Gloria Benavides, Marcelo Hernández, Jorge Cruz y Patricia Chávez emprendieron una gira por el Norte Grande de Chile.

A la vuelta del espectáculo artístico, y posterior de haber tenido una experiencia con Objetos Voladores no Identificados (Ovnis) en la carretera interprovincial, y mientras atravesaban el desierto de Atacama, el grupo acordó escribir lo que había visto, para después conversar con más calma acerca de las diversas interpretaciones al respecto.

Siguiendo el diario de vida de Tito Fernandez, al regreso del encuentro de esparcimiento popular Marcelo Hernandez conducía su auto por la carretera, Jorge Cruz iba como copiloto, y en la parte de atrás se encontraban el mismo Tito, Gloria Benavides y Patricia Chávez. En medio del sueño de los artistas, Marcelo le pregunta a Fernandez si lograba divisar una ampolleta al costado de la ruta, frente a lo cual irónicamente «El Temucano» le responde: “Debe ser un Ovni”.

Al pasar unos minutos, la ampolleta a la cual aludía Marcelo Hernandez habría tomado la forma de un foco de luz blanca, según señalan los artistas presentes en el auto. Los intérpretes asociaron dicho titilar a una posible patrulla militar, deteniendo el vehículo para poder registrarse en caso de tener que cumplir con algún trámite o conducto regular. La luz, según los testigos, luego de haberse detenido también, comenzó a aumentar su intensidad brillando de una forma particular, alumbrando de esta manera a la carretera como si fuese de día.

Los artistas decidieron bajarse del vehículo, para observar con mayor detalle lo que estaba sucediendo, concluyendo que se encontraban frente a un fenómeno poco usual. Luego de apreciar empíricamente el fenómeno lumínico a unos 100 metros aproximadamente, a la izquierda de la luz brillante apareció una nueva ampolleta amarilla, causando un temor generalizado en el grupo, los cuales decidieron inmediatamente volver al auto, retomando su camino a la mayor velocidad posible. Ambas luces siguieron sin mayor problema al vehículo conducido por Marcelo Hernández, durante una serie de kilómetros a través de la carretera nocturna y despoblada. En medio de los rezos de los intérpretes en pleno trayecto, apareció al frente un camión con unas luces un poco más normales, deteniendo Marcelo Hernández su vehículo para comentarles el fenómeno lumínico que los venía siguiendo, deteniéndose a la vez las enormes luces que orquestaban a esa ruta espectral del Norte Grande de Chile.

Luego de bajarse del automóvil, Marcelo Hernández y Jorge Cruz compartieron con los camioneros la impresión generada por la intensidad de las luces que los seguían por el sendero, señalando los conductores de la máquina de carga que también ellos divisaron en la carretera unas luces con una fuerza fuera de la común. Jorge Cruz les sugiere a los camioneros aprovechar el poder de los focos del camión, para hacerles cambio de luces a los platillos voladores. Apuntaron de esta manera, los focos del camión contactando con los aparatos que orquestaban la carretera, lanzando los elementos en cuestión, un destello luminoso de vuelta, lográndose divisar una sombra en el suelo, según el testimonio de Cruz.

Huyeron de inmediato cada uno a sus vehículos, emprendiendo el rumbo con las luces inmensas nuevamente detrás, hasta llegar a la Aduana de Quillahua donde habría desaparecido la caravana lumínica en cuestión. Una vez regresados cada uno a su vida normal, diversas personas vinculadas a la ufología se contactaron personalmente con Tito Fernández, explicándole que durante el mismo día en el cual el grupo de músicos se puso en contacto con los presuntos ovnis, en su paso por el desierto, un grupo de estudiosos del fenómeno, en idéntica fecha, habrían perdido de su registro un par de objetos voladores como éstos, concluyendo luego de una serie de análisis, que el supuesto contingente espacial podría haber aparecido después en el salar de Atacama.

Luego de esta experiencia Tito Fernandez elaboró un libro titulado “El mensaje de Sirio”, donde explica en detalle las consecuencias del contacto personal que habría tenido con el ente que divisaron en 1974, en el corazón del desierto nortino. Por el testimonio de Fernandez, el ser alienígena se habría contactado posteriormente con éste, de manera telepática, y compartiéndole una serie de conocimientos metafísicos relacionados con el sentido de la existencia, de la personalidad y de los diferentes cuerpos, en el paso hacia otras vidas. Así, el artista, y luego de escribir algunos textos inspirados en el hecho, fundó una ONG denominada Centro Integral de Estudios Metafísicos, en cuyos archivos se puede seguir con más detalle todo lo relacionado con esta inquietante aparición.

 

Fuentes:

Entrevista a Tito Fernandez en el programa OVNI conducido por Patricio Bañados

 

 

 

Imagen destacada: Fotograma del filme Arrival (2016), del realizador canadiense Denis Villeneuve

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