Este plaquette de poesía (autoría del vate chillanejo Rodolfo Hlousek) representa el último atisbo del efecto negativo de la civilización y del progreso, en un país donde la cultura es reemplazada por la saturación de la información y las décadas del futuro traen consigo solo más subdesarrollo, pobreza espiritual y orfandad comunitaria.
Por Jorge Cocio Sepúlveda
Publicado el 27.2.2019
“Me verás volar en la ciudad de la furia”.
Soda Stereo
“Habitar” siempre ha constituido un desafío para nuestra especie. Mientras que los demás seres poseen la capacidad de adaptación natural nuestra vía siempre ha sido artificial. Morimos de hambre, frío o somos heridos de las maneras más variadas porque al parecer no estamos hechos para este planeta. Pero para invertir esa afirmación el destino nos ha dado la razón por sobre el pelaje y las garras. Una capacidad que ha llevado a construir imperios e historia. Y sin embargo todo tiene su costo y el arte lo expone de la mejor manera. Como en el texto Fronteras en ciudad.
Fronteras en ciudad es el último texto de Rodolfo Hlousek (Chillán, 1977). Quien en obras posteriores como Persistencia del alba, O(orden) y Obras menores ha ido configurando su propio lenguaje y temática. Donde territorio y lenguaje se han convertido en eje fundamental de sus textos. Así, a través de un plaquette desarrolla el efecto de la civilización sobre la historia, territorio y memoria en versos del texto «Adoquines del centro y las periferias» al escribir: «Desde el adoquín al ripio / ¿Quién administra los derechos sobre la ciudad? / ¿La historia tendrá derechos naturales?».
Pero también evidenciando el factor del poder que se adentra no sólo en la deconstrucción de la ciudad en sí misma, sino también en el efecto sobre la naturaleza, como en el texto «Áridos de Ñuble» al decir: «Mientras arreglamos y desordenamos el mundo/ Nuestros ríos sangran…».
Entonces si la ciudad es también una forma de vida. ¿Cuáles son los códigos con que se define y de qué forma es posible la sustentabilidad sin entrar en el exceso? Porque si la cosificación de un espacio lo es también hacia sus habitantes lo poco que va quedando de nosotros por fin desparecerá. Porque detrás de los edificios, villas, parques, caminos y veredas hay otra cosa que late y que pocos se percatan a escuchar.
De esta forma Fronteras en ciudad se convierte en el epílogo de Obras menores al dar el último atisbo del efecto negativo de la civilización y el progreso donde la cultura es reemplazada por la saturación de la información y las décadas del futuro traen consigo más subdesarrollo. Llegando sólo a quedarse con el recuerdo de las imágenes, anécdotas o postales de: «ciudades que han quedado a espaldas de agua».
Jorge Cocio Sepúlveda estudió filosofía en la Universidad de Concepción (Chile), y además es músico y escritor. Ha desarrollado un proyecto musical concretado en tres discos: “Nada es eterno” (2009), “Preludio de invierno” (2010) y “Frío verano” (2017). Asimismo, ha editado dos plaquettes de poesía: Noche primitiva (2013) y Continente (2017).
Crédito de la imagen destacada: El poeta chileno Rodolfo Hlousek por Soy Pensante (https://soypensante.cl/).