Después de casi una década de ausencia en el principal escenario nacional, el maestro argentino ofreció quizás su última presentación en el país, con un programa dedicado a Beethoven y a Chopin, y gracias al cual pudo ofrecer lo mejor de su repertorio: experiencia, un sobrio estilo y dominio personal y temporal de las partituras ejecutadas.

Por Luis Felipe Sauvelle

Publicado el 2.5.2019

Sendos focos ubicados a ocho metros del escenario iluminan el cabello pelirrojo, la figura maciza y los dedos henchidos de talento de Bruno Gelber; el afamado pianista argentino se dispone a interpretar en el Steinway ante la audiencia del Teatro Municipal de Santiago, que está a tablero vuelto, a las 19:00 horas del lunes 29 de abril de 2019.

A lo largo de una carrera que se ha extendido por más de seis décadas –que incluyen más de 5 mil conciertos–, históricos pianistas como Rubinstein han sido cautivados por el talento del pianista. Su presencia será considerada uno de los hitos culturales en la temporada de conciertos del año 2019 en el coliseo de la calle Agustinas.

Al comenzar la interpretación -Sonata para piano no. 14 Claro de luna de Beethoven- sus manos encuentran de inmediato la clave de la pieza, una melancolía cuyo centro no se puede captar ni soslayar, para después dar paso a lo lúdico y a lo terrorífico.

Como en toda sonata, aquello que se plantea en la primera sección –con dos motivos en alternancia– queda resuelto hacia el final de la misma. Al escuchar la interpretación de Gelber da la impresión que el mismo nombre de “Claro de luna” no basta para dar cuenta de todos los matices que explora la pieza, un registro que incluye la capacidad de divertirse, y hacía el final, la de caer en el pánico.

Continuó con la Sonata para piano no. 21 Waldstein, una sonata cuyo talante heroico los dedos de Gelber supieron explorar. Un movimiento rápido de su mano izquierda, un correcto uso de los pedales, hace que el pianista rejuvenezca al momento de su interpretación.

Tras el intermedio siguió la interpretación del Carnaval op. 9 de Schumann, en la que una sucesión de distintas piezas en miniatura (pequeñas viñetas, separadas o puntuadas por breves silencios), que hacen el símil a la participación de distintos personajes -entre los que estaría el propio autor- a un festejo imaginario. La interpretación de Gelber resulta vivaz, en donde sabe captar eso inefable que contiene toda pieza de Schumann. Pese a las distintas pausas (y a las toses impertinente y maleducadas del público) la melodía se escucha como un todo coherente.

Concluyó su presentación con el Andante spianato y gran polonesa brillante, op. 22 de Frederic Chopin. La pieza del polaco es conocida entre los pianistas por la exigencia que les supone interpretarla, y a sus 78 años Bruno Gelber se muestra a la altura del desafío. Es quizás en esta pieza en donde la capacidad técnica del pianista queda al descubierto, expresando a la perfección ese carácter contumaz que tiene el opus.

El mismo pianista ha declarado estar “al servicio del piano”, ha dicho que él no es más que un espejo que refleja la intención del autor para que la capte la sensibilidad de la audiencia, palabras que pueden sonar pretenciosas pero que a la luz del resultado cobran un nuevo sentido.

Una brújula que parece no perder el norte.

La próxima presentación del Ciclo Grandes Pianistas 2019 en el Teatro Municipal de Santiago estará a cargo del solista nacional Danor Quinteros, el próximo jueves 13 de junio, a las 19:00 horas, cuando el intérprete ofrezca un recital basado en partituras de Chopin y de Ravel.

Luis Felipe Sauvalle Torres (Santiago, 1987) es un escritor chileno que obtuvo el Premio Roberto Bolaño -entregado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y que reconoce las obras inéditas de jóvenes entre los 13 y los 25 años- en forma consecutiva durante las temporadas 2010, 2011 y 2012, en un resonante logro creativo que le valió el renombre y la admiración mítica de variados cenáculos del circuito literario local.

Asimismo, ha participado en la Feria del Libro de Santiago de Chile, como en la de Buenos Aires y ha vivido gran parte de su vida adulta en China y en Europa del Este.

Licenciado en historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile y magíster en estudios rusos por la Universidad de Tartu (Estonia) es el autor de las novelas Dynamuss (Ediciones Chancacazo, Santiago, 2012) y El atolladero (Ediciones Chancacazo, Santiago, 2014), además de creador del volumen de cuentos Lloren, troyanos (Catarsis, Santiago, 2015).

También es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

Bruno Leonardo Gelber el lunes 29 de abril en el Teatro Municipal de Santiago

Luis Felipe Sauvalle

Tráiler 1:

Tráiler 2:

Crédito de las fotografías utilizadas: Marcela González Guillén, del Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile.