El largometraje documental de la realizadora mexicana Ana Cruz Navarro -a quien le debemos otras obras audiovisuales de interpretación histórica acerca de la trayectoria de su país- se exhibe actualmente en la sala Normandie de Santiago. De acuerdo al juicio de nuestra redactora, se trata de un filme: «bello e imprescindible».
Por Alejandra Boero Serra
Publicado el 16.8.2019
«Humboldt fue el descubridor científico del Nuevo Mundo, cuyo estudio ha dado a América algo mejor que todos los conquistadores juntos».
Simón Bolívar
Ana Cruz, que ya tiene en su currículum documentales como Mujeres de la Revolución Mexicana (2010) y Las sufragistas (2012), pone en esta obra los focos en dos personaje más que excéntricos -Alexander von Humbold y Aimé Bonpland- y en el diario del primero para seguir un intenso viaje de un mes, a principios de 1803, desde Acapulco a la ciudad de México.
El naturalista y explorador alemán Alexander von Humboldt viajó por Sudamérica y Centroamérica. El documental muestra a un joven Alexander, de 34 años, llegando al puerto de Acapulco, proveniente de Guayaquil (Ecuador), en una fragata española acompañado por su socio Bonpland. Ambos, impulsados por la curiosidad científica, no dudan en enfrentar peligros para descubrir y recopilar muestras de la enorme diversidad de flora, fauna, minas, volcanes, suelos, mares y ríos mexicanos. Pero la mirada no se detiene allí, cala ante las profundas desigualdades entre la población local. México es conocido mundialmente por ser uno de los 17 países que poseen el 70% de la diversidad de plantas y animales del planeta.
En La invención de la naturaleza..., Andrea Wulf nos dice que: «Los libros, diarios y cartas de Humboldt revelan a un visionario, un pensador muy por delante de su tiempo. Inventó las isotermas -las líneas de temperatura y presión que vemos en los mapas del tiempo actual- y descubrió el ecuador magnético. Se le ocurrió la idea de que las zonas de vegetación y climáticas recorren el mundo. Pero lo más importante es que revolucionó nuestra manera de ver el mundo natural. Encontraba conexiones en todas partes…». Guiado por estos diarios de viaje – en 1834 , con 65 años, Humboldt empieza a escribir su obra fundamental: Cosmos, lo busca Ana Cruz para desandar recuerdos de las Américas hasta el 22 de marzo de 1803, cuando el naturista -interpretación excelsa de Alexander Holtmann- desembarca junto al botánico francés Bonpland -un trabajo excelente del actor franco-mexicano David Psalmon- en las costas de Acapulco, un paraíso inexplorado para ambos.
El filme atraviesa «la mirada del explorador» revelando las riquezas naturales y humanas de un México colonial y nada inclusivo. Allí sus impresiones que no eluden la complejidad y la independencia en sus reflexiones, lejos de los intereses de la Corona Española y de sus súbditos, que paradójicamente fueron los que le abrieron las puertas con un pasaporte ilimitado para que se investigasen las minas y su potencial. Quien esperan propongan avances en la industria minera terminará abriendo puertas -transversales- para la liberación del yugo español. Una de las cosas que más toca a estos humanistas -verdaderas mentes renacentistas- es la esclavitud y las desigualdades sociales.
El documental inicia con un Humboldt maduro en su biblioteca de Berlín, rodeado por los objetos recogidos en las exploraciones, escribiendo sus memorias. Y el recuerdo de su arribo a costas veracruzanas. Hermoso el efecto que da ese ir y venir del ya legendario científico en su escritorio y las escenas rodadas en escenarios naturales, además de los acertados efectos digitales en donde plantas y estructuras vegetales cobran vida gracias a la animación. Es como un andar por dentro de una enciclopedia ilustrada en donde pinturas y mapas y grabados van sumando espesura que se replican en el avance por selvas, ríos y minas donde logran recolectar y clasificar 900 especies de plantas.
Belleza son las tomas de los herbarios de Wildenow -en el Museo Botánico de Berlín- y el Jardin des Plantes -de París-, un trabajo inmenso de Humboldt, Bonplant y Carl S. Kuhnt quien sistematizará la enorme colección «Humboldt-Bonpland». Y muy acertados los testimonios de especialistas, escritores -lo que demuestra el gran plan de Cruz de investigar y ahondar en una historia que merecía ser conocida masivamente- que iluminan aún más este fresco. Un ejemplo, el del historiador y novelista José N. Iturriaga, el Dr. Jaime Labastida Ochoa -director de la Academia Mexicana de la Lengua-, el Dr. en biología José Sarukhán Kermez, el Dr. Otmmar Ette -director del Proyecto Alexander von Humboldt de la Universidad de Postdam y la Academia de Ciencias de Alemania- y de una descendiente directa -en 5ta. generación- Gabriela von Humboldt, entre otros. La directora no dejó lugar a la improvisación ni en lo científico ni en lo artístico. Fue desde Alemania, Francia y México -cual exploradora- tras las huellas de quien, al decir de Wulf: «…inventó la red de la vida, el concepto de naturaleza que conocemos hoy…», «…un hombre para el que la naturaleza era una fuerza global con zonas climáticas correspondientes en todos los continentes: un concepto radical para su época y que inspira nuestra interpretación de los ecosistemas…».
Puede, en primera instancia, parecer un documental para iniciados y curiosos. Sería bueno que trascienda las salas y llegue a los colegios secundarios para reconocer en un personaje del siglo XIX a un ciudadano y un apasionado del saber – mucho más cercano de lo que imaginamos, en estos tiempos de incertidumbre que nos recuerda que: «…En esta gran cadena de causas y efectos no puede estudiarse ningún hecho aisladamente…». Tal cual como lo hizo Cruz y su equipo de colaboradores en este documental imprescindible. Y bello.
Alejandra M. Boero Serra (1968). De Rafaela, Provincia de Santa Fe, Argentina, por causalidad. Peregrina y extranjera, por opción. Lectora hedónica por pasión y reflexión. De profesión comerciante, por mandato y comodidad. Profesora de lengua y de literatura por tozudez y masoquismo. Escribidora, de a ratos, por diversión (también por esa inimputabilidad en la que los argentinos nos posicionamos, tan infantiles a veces, tan y sin tanto, siempre).
Tráiler:
Imagen destacada: Un fotograma del filme Humboldt en México. La mirada del explorador (2017).