En esta obra de géneros híbridos es posible encontrar un testimonio desconcertante y contra intuitivo acerca del proceso sandinista en Nicaragua, que desarrollado por medio de una narrativa consistente y ajustada para causar pequeños destellos, concluyen por transformarse en uno de sus mayores atributos artísticos.
Por Felipe Espinosa Alarcón
Publicado el 24.3.2020
En La revolución a dedo (Literatura Random House, 2020) el relato del viaje es contado a través de la transparencia, que se extiende desde la mirada hasta la operatividad del lenguaje. Se trata de la última novela publicada por Cynthia Rimsky (1962) narradora chilena, radicada desde el año 2012 en Buenos Aires, quien ha sido galardonada con el Premio Municipal de Literatura de Santiago y el Premio Mejores Obras Literarias por su novela El futuro es un lugar extraño (Literatura Random House, 2016).
La novela cuenta la historia del viaje a dedo realizado por la «joven de 22» para conocer la revolución sandinista durante el año 1985, el retorno de la «joven de 23» y de un segundo viaje realizado por la «mujer de 45» al mismo territorio, pero por sobre todo es el relato de la búsqueda de la narradora, la observación de los materiales y la ficcionalización que realiza a partir del encuentro con estos. Se trata de: diarios de viaje, cartas enviadas durante el mismo, correos electrónicos, artículos de diarios, revista y fotografías que funcionan como el motor para la ficción.
Es notable observar el mecanismo utilizado para tomar distancia de los materiales, a pesar de que estos son eminentemente biográficos. No se trata de la típica auto ficción auto complaciente, que a estas alturas ya es un lugar común en la narrativa local. Todo lo contrario, la narradora duda en todo momento acerca del relato, incluso de la propia conciencia de este y ahonda acerca de las grietas que abren estas incertezas: “La escritora de 57 no sabe lo que la de 45 está pensando”. (p.90) Esto posibilita la introducción de elementos que complejizan la estructura narrativa en una multiplicidad de voces y atmosferas: “¿A quién le cuenta la de 45 estas observaciones que escribe en el cuaderno Cuadriculado de 7mm? Si fuera una escritora, estaría tomando apuntes para un libro”. (p.95)
Más que hacer el relato acerca del viaje, el motivo subyacente parece estar en cómo se le da sentido a la observación y posterior ficcionalización de los cuadernos. Así, se decide mostrar el proceso de búsqueda y la reacción de quien relata al enfrentarse a los materiales: “¿Quién habrá recibido las cartas que la joven de 22 envió desde Nicaragua a Argentina y Canadá para que la policía chilena no supiera que ella estaba en la revolución?” (p. 47). Rimsky pregunta: ¿Qué se puede contar de un viaje a la revolución? (p. 53) La respuesta parece encontrarse en la decisión de mostrar de los cimientos de la obra, permitir la filtración de ripios y suciedad del texto: “Me gustaría saber qué fue de Rita, contarle que estoy leyendo a una joven chilena de 22 años que la conoció en 1985 en Managua”. (p.52)
Otra posible respuesta a la pregunta realizada puede encontrarse en la decepción. En un primer momento, acerca del proceso revolucionario nicaragüense, que quizás es el choque de una juventud idealista con la realidad de la imagen vivida: “La joven de 22 comprueba con decepción que Managua es una capital como cualquiera de las que conoció en el viaje, ¿qué le hizo pensar que hay otra manera de habitar la revolución?” (p. 67). Luego, en un segundo momento, acerca de la decepción provocada por la transición chilena y lo propio del paso del tiempo sobre el cuerpo y la experiencia de quien narra: “O eso desea, que el aliento perverso del idealismo de los 23 caiga en su cuerpo desconfigurado por la transición que la joven, que se pensó siempre de 23, no alcanzó a imaginar”. (p.84)
Finalmente, es posible encontrar un testimonio desconcertante y contra intuitivo, desarrollado por medio de una narrativa consistente y ajustada para causar pequeños destellos, que se desprenden con lentitud durante el curso del relato, posiblemente este es el mayor atributo de la obra reciente de Rimsky.
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Felipe Espinosa Alarcón (Chillán, 1989) es poeta y estudiante de quinto año de Derecho en la Universidad Diego Portales. Gestor de las Jornadas de Derecho y Literatura de la UDP (2018 – actualidad), participó del primer Congreso de Derecho y Literatura de la Universidad Austral de Chile con la ponencia “Despojados de la verdad” (2019) y del coloquio “El rol del arte en el proceso constituyente”, organizado a su vez por la Facultad de Derecho de la Universidad de Valparaíso (2019).
También fue el moderador de la conferencia “La norma como símbolo y sus implicancias políticas” en las Jornadas de Derecho y Literatura de la Universidad Diego Portales (2018), y asimismo impartirá —a partir de marzo de 2020— el “Taller de Escritura Creativa” junto con la escritora Fernanda Zamora.
Crédito de la imagen destacada: Random House.