Aunque de ojeada fácil, la obra del autor español requiere de un esfuerzo mayúsculo, pues además de ser «larga» en extensión, acusa errores típicos de un escritor en formación, de un narrador novato: hay en el texto frases trilladas, lugares comunes y una historia que se alarga por vericuetos dramáticos innecesarios.
Por Sergio Inestrosa
Publicado el 13.2.2019
Este es el primer libro que analizo del creador catalán y muy seguramente será el último, pues sus 569 páginas me han parecido un grave exceso. La historia se pudo haber contado en muchas menos líneas y su efecto habría sido muy superior. La sombra del viento (2001) es, a mi parecer, un título excesivo en demasía.
Aunque de lectura fácil, la obra requiere un esfuerzo mayúsculo, pues como ya he dicho no solo es larga en extensión sino que además acusa errores típicos de un escritor en formación, de un narrador novato: hay en el texto frases trilladas, lugares comunes y una historia que se alarga por vericuetos innecesarios. Solo por el afán de contar. Alguien incluso ha dicho y quizá lleve la razón de que la trama básica refleja más una Barcelona contemporánea que la ciudad a la cual se pretende presentar (la de los años de la posguerra civil y que va hasta la década de los ’60 del siglo pasado).
Con todo, el libro al parecer se ha convertido en un best-seller, lo cual es ya de entrada otra razón para desconfiar de su calidad literaria. Todos sabemos que por lo general un best-seller va a contra corriente de lo que es la buena literatura.
El volumen es una mezcolanza de literatura de acción, con rasgos que quieren ser novela de misterio, casi de maleficio y pinceladas librescas, especialmente por el ambiente de libros de viejo y por la referencia explícita al volumen escrito por el tal “Julián Carax” y sobre cuyos textos pesa una especie de maldición.
El mismo inicio del libro ya resulta trillado, pues es una historia que se refiere a otro texto. La sombra del viento comienza con la visita que el narrador y protagonista, Daniel, cuando apenas es un chaval de unos 10 años, hace con su padre a un misterioso “Cementerio de los Libros Olvidados”. La madre de Daniel a muerto, el padre, un librero pobre no se recompone de esa pérdida. Al llegar al lugar, el padre le dice que tiene que escoger un libro que debe de adoptar para toda la vida, pues el primer título marca el rumbo del lector, el primer volumen es como el primer amor, algo especial. Este libro va a ser su regalo, un pasaje de iniciación; sin embargo Daniel se lo va a regalar a Clara, la chica ciega de quien se enamora, pese a que ella le dobla en edad.
El autor del libro escogido al azar o por una fuerza misteriosa casi como si la obra lo escogiera a él (por lo demás este es un cliché literario) es La sombra del viento escrito por Julián Carax.
Buena parte de la trama de La sombra del viento gira en torno a las particularidades de este texto y en general a otros títulos de Carax, este especie de escritor maldito.
Al final, Daniel va a repetir el mismo ritual de iniciación con su hijo y lo llevará, como hace años su padre lo llevó a él mismo, al “Cementerio de los Libros Olvidados”, a fin de que su descendiente escoja un libro que ha de adoptar y cuidar. Este hecho pretende dar a la novela un sentido circular, volvemos a la idea del mito del eterno retorno, pero que no es del todo creíble y acusa una cierta vaguedad, una falta de verosimilitud básica y necesaria en toda novela. Este es no solo un final predecible sino que además da la impresión de estar forzado para tratar de hacerle creer al lector que la historia vuelve a empezar o que el argumento se repite ad infinitum.
Quizá algo verídico en el libro sea la dedicatoria: “Para Joan Ramon Planas que merecería algo mejor”. Y la verdad es que todos, no solo Joan Ramon Planas mereceríamos algo mejor por nuestro dinero y más aún por nuestro tiempo.
El hecho de que Carlos Ruíz Zafón (Barcelona, 1964) sea un escritor muy vendido -si nos atenemos a los números que se publicitan en su reseñas biográficas- indica que existen todo tipo de lectores y hay, tal vez con demasiada abundancia, aquellos que gustan de esta clase de sancochos literarios donde se mezclan diversos géneros y se cuentan historias por el afán mismo de relatar. Por otro lado, estos números de ser ciertos, revelan las trampas de la industria editorial que se ha vuelto eso mismo, una mera industria, una forma de hacer negocio.
De esta forma pues estimado lector o lectora, me atrevo a hacer algo que casi nunca hago, desaconsejar la lectura de La sombra del viento salvo que (el lector siempre tiene la última palabra) a usted le gusten estos escritores de moda estilo Pérez-Reverte o Carlos Ruíz Zafón.
Sergio Inestrosa (San Salvador, 1957) es profesor de español y de asuntos latinoamericanos en el Endicott College, Beverly, de Massachusetts, Estados Unidos, además de redactor permanente del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: Ilustración de Carlos Ruiz Zafón, por El Confidencial (https://www.gentleman.elconfidencial.com).