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«Las alucinaciones del Metro» y más versos, poemas de Eugenia Brito

La poeta de estas líneas -además de su labor creativa- es ensayista y académica del Departamento de Teoría e Historia de las Artes de la Universidad de Chile. Asimismo, es doctora en literatura chilena e hispanoamericana por la misma Casa de Estudios, master of Arts por la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), y licenciada en literatura de la Casa de Bello. Ha escrito «Vía pública» (Editorial Universitaria, 1984), «Filiaciones» (Editorial Van, 1986), «Emplazamientos» (Editorial Cuarto Propio, 1992, y Premio Municipal de Poesía en Santiago y Premio de la Crítica, este último, otorgado por la U. de Chile), «Dónde vas» (Editorial Cuarto Propio, 1998), «Extraña permanencia» (Editorial Cuarto Propio, 2004), «Oficio de vivir» (Editorial Cuarto Propio, 2008), y «A contrapelo» (Editorial Cuadro de Tiza, 2011). Es autora, igualmente, de los siguientes ensayos: «Una milla de cruces sobre el pavimento» (con Diamela Eltit, Santiago, 1978), «Campos minados, literatura post golpe en Chile» (Editorial Cuarto Propio, 1990), «Sergio Castillo (análisis de sus esculturas)» (Editorial Universitaria, 1998) y «Ficciones de muro (lecturas de Brunet, Donoso, Eltit)» (Editorial Cuarto Propio, 2013). Recibió la Beca Guggenheim en 1989, y ha preparado la siguiente selección de su obra para este Diario.

Por Eugenia Brito

Publicado el 15.09.2017

 

De “Caligrafías residuales”

I

El grito de los transeúntes en el metro:

Lácteos son sus llamados al disparo
borran en el grito su velocidad.

Heridos, descubiertos en su regreso al negro
marco que los detiene, que los fijan
hasta que no pueden el peso resistir

La máquina, la máquina seduce con este socavón
que a tanto esclavo rinde y es esbelta la franja
que los guarda. Dulce la promesa de su respiración.

Mudo como la muerte el amor que este miedo
aferra a su clamor que por sólo este viaje
la proyección del corte en sonido se inicia

 

II

Transeúntes empañan su mirada en el metro:
reciben su mensaje
neurona a neurona.

Son afiches enteramente dóciles y amantes
y ya no hay viajes ni hay aplazamientos
que puedan resguardar la curva de su mente
recta en la brecha del disparo sobre todo cuando
el socavón se abre y su luz los interna
y le duele a la curva el giro de esta recta,
le duele a la visión esa otra tinta
con que marca su herencia.

 

III

De cal es la memoria
que tapó el hueso
para que así
blanco
refugiara al suicida de los cerros,
mas éste
no tapó el hueso,
lo escribió en toda su vertebral materia
le transmitió el sudor
le escribió: cuerpo
para la oralidad del metro lo esgrimió lateral.

Por eso aparece grafo, no sonido
grafo, apenas inicio de palabra.

 

IV

Lectura de afiches tras los muros:
sacudirse las palabras para que la alambrada
húmeda se apoye
les ceda cuerpo por un sueño
por una vibración del color
recién pintado

Lectura de afiches tras los muros:
clavetearse el color que la alambrada extiende
sus marcos para el gozo
que es un desborde su hombro cuando se los empuja
hacia el horno

Lectura de afiches tras los muros:
desvanecerse bajo el pavimento

hallar allí la madre que los borre
los mame los alterne los corrompe

que ella es sabia

Morir en dirección bajo los muros
después de oírse en otro diccionario.

 

De “Escena matriz”

I

Opaca es para el ojo la maternal mirada
que su ceguera expande.
Abriga la luz de sus estepas
y tiembla por lo que acuna la acuosa la esmaltada
tiembla por su humedad que por ella el ojo conoce su refugio
en la cuneta
que la heredara.

 

“Recta por el materno pacto hundida:
no existo más que como el suburbio que me aleja de ti.

Por tu saliva gimo
Ayer fue por tu sangre”.

(impreso en los manuscritos del metro).

 

De “Las alucinaciones del Metro”

I

Con la voz rebajada,
humillándome casi
dije:
cantámelo otra vez

no me digas que nunca.

(mi goce de cautiva otra vez me cedió a su duro patrocinio)

 

II

Expuesta entre las letras
incrustada
desnuda al crudo sol llagada piedra
la venda de su origen.

Sólo así sostuvo al metro por un tiempo.

Todo el cuerpo trocado por el piso
desde el pasado, muro,
escritura mecánica, pulso y duplo de otro pulso.

Memoria y rabia

“No me traiciones, madre,
aulló
Sosténme, no me dejes que me han herido los pies estos fantasmas”

 

La poeta, ensayista y académica Eugenia Brito

 

Imagen destacada: La actriz francesa Catherine Deneuve, en el filme «El último metro» (1980), del realizador galo François Truffaut

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