Luego de un par de estadías en la ciudad japonesa de Kyoto el autor húngaro escribió su novela «Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río» (2003), la cual fue un producto de la fuerte impresión que el Lejano Oriente provocó tanto en su estilo como en sus temáticas literarias.
Por Magdalena Vigneaux Ariztía
Publicado el 16.8.2019
László Krasznahorkai (Gyula, 1954) ha sido reconocido con el Premio Kossuth, uno de los premios más prestigiosos de Hungría, por el conjunto de su obra. También recibió el Man Booker International Prize. Su obra más celebrada es Melancolía de la resistencia (1989; en español: Acantilado, 2001), que recibió el Bestenliste Prize al mejor trabajo literario del año en 1993. Esta y otras de sus novelas, además, han sido llevadas al cine por Béla Tarr.
En 1996, 2000 y 2005, Kraznahorkai pasa algunos meses en Kyoto. Esta ciudad causa un gran impacto en el escritor y produce un cambio significativo tanto en su estilo como en sus temáticas. Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río (2003; Acantilado, 2005) es producto de la fuerte impresión que la ciudad nipona provoca en el autor.
Los más importantes japonólogos de Occidente han coincidido en afirmar que Japón se caracteriza por una exquisita sensibilidad de lo bello. Donald Keene señala que: «el sentimiento profundo de la belleza es probablemente el elemento central de la cultura japonesa». Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río puede entenderse como una búsqueda de esa belleza, tanto en su contenido como en su forma. Y, por lo demás, con excelentes resultados.
En el relato, el nieto del príncipe Genji -el protagonista de la famosa novela de Murasaki Shikibu- queda impactado por la belleza del último jardín de la obra ilustrada Cien hermosos jardines. A diferencia de los otros jardines del libro, este no cuenta con ninguna referencia respecto de su localización, pero es tal la impresión que le causa dicho jardín, que encarga que se investigue dónde se encuentra. Sin resultados satisfactorios, él mismo emprende la búsqueda.
El título de la novela alude a la ubicación de un monasterio, rodeado por una montaña, un lago, un camino y un río hacia los diferentes puntos cardinales. La construcción del monasterio no solo demandaba encontrar el lugar propicio, sino también hacerlo con los materiales y la arquitectura adecuados. En un lugar recóndito de este monasterio ya sumamente perfecto, un jardín que, por su sencillez, es la concentración definitiva de la belleza.
Magdalena Vigneaux Ariztía es licenciada en letras hispánicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile y magíster en literatura de la Universidad de Chile. Ha realizado ayudantías en varias oportunidades, entre las que destacan la de la cátedra de Lengua Latina y su participación en el Programa de Lectura y Escritura Académicas de la Pontificia Universidad Católica. Ha participado en proyectos Fondecyt y Fondart centrados en estudios literarios. Sus intereses se dirigen a la documentación literaria, la edición de textos y la filología española.
Imagen destacada: El novelista húngaro László Krasznahorkai (1954).