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«Los bosnios», de Velibor Čolić: La belleza de una desolación

Este híbrido narrativo y bélico —inspirado en la Guerra de los Balcanes de la década de 1990— es un libro terrible, que nos cuenta sobre la aniquilación del otro, cuando ya se han borrado todas las fronteras valóricas y solo queda el refugio de la memoria para rescatar las existencias simples de tantos, y hacerlos caminar otra vez por la vida, para siquiera imaginar un presente posible.

Por Juan Ignacio Colil Abricot

Publicado el 28.5.2020

Los bosnios escrita por Velibor Čolić y publicada originalmente en 1994 es una obra extraña, es una especie de crónica, de diario, de apuntes contra el olvido.

La obra recoge en parte lo que significó la guerra de Bosnia en la ex Yugoslavia en los ya lejanos años noventa, precisamente durante el año 1992.

La ex Yugoslavia era un Estado en el que convivían serbios, croatas, bosnios herzegovinos, musulmanes, ortodoxos, católicos,  montenegrinos, era un mundo sobre el cual confluían una serie de culturas, tradiciones y lenguas, afirmadas por ese Estado hecho a imagen y semejanza de Josef Broz Tito; cuando este muere y producto de las crisis económicas y tensiones políticas se desatan las luchas por romper el marco de la vieja Yugoslavia. La guerra de Bosnia es uno de estos eslabones.

Después de la Segunda Guerra Mundial es el último conflicto bélico que sacudió directamente a Europa. Algunos historiadores y pensadores señalaban que el siglo XX había comenzado justamente en esa zona con el atentado contra el archiduque Francisco Fernando en 1914 y concluía con estas conflagraciones.

Para nosotros las guerras de la ex Yugoslavia son un montón de imágenes de las noticias de la época donde se mostraba algo, muy poco y nadie hacía mucho por explicar el horror que ahí se vivía. Solo eran unos minutos en la televisión, en esa época aún no había internet, y las guerras de los Balcanes pasaron a ser un número fijo de esos años.

En Los bosnios, Čolić nos acerca a la experiencia de la guerra en primera persona, no muestra ni el origen político del conflicto, ni explica sus causas más profundas, sino que de lleno nos mete al interior de la contienda.

El libro está dividido en cuatro secciones: “Hombres”, “Ciudades”, “Alambradas” y “Post Scriptum o Post Mortem”.

Me detengo en la primera parte del libro, llamada “Hombres”, en ella Čolić hace un repaso por la vida, pero fundamentalmente por la muerte de una serie de personajes de los pueblos bosnios. Ahí vemos a hombres, jóvenes, niñas y niños y su destino cruel. La muerte llega desde el primer día. No se salva ni el loco del pueblo. Por sus páginas pasan la historia de Uta el lobo, de Hazim, el profesor Nikola, de Simo; y de decenas de personas que enfrentaron la muerte, algunos sin siquiera darse cuenta, pero también se relatan las historias de delatores, torturadores, traidores.

La narración es dura, no se detiene en metáforas, pero tampoco pretende ser un baño en letras de sangre. Es solo el horror de la guerra. Es como un spoon river balcánico con el fondo de los disparos. Claro que en vez de lápidas acá solo hay fosas comunes. Nadie queda inmune a la guerra. Cuesta hacerse a la idea porque uno tiende a pensar que hay gente, pueblos completos que están preparados para las experiencias más extremas, sin embargo la guerra de Bosnia enfrentó a vecinos, a familiares, a compañeros de trabajo. Estamos hablando de un territorio pequeño. Bosnia equivale a un poco más de tres veces la superficie de la Región Metropolitana, y es un poco más grande que la superficie de la región de los Lagos y su población es algo más de tres millones de habitantes.

También en el libro hay un lugar para los grandes genocidas como el serbio Arkan, que de pastelero se transformó en un importante dirigente de las fuerzas de élite serbias, asimismo figura un escritor ruso llamado E. Komessarov, que al parecer es Limonov y el episodio que se relata aparece en el libro de Carrere y está también en YouTube (Limonov disparando sobre Sarajevo). Ahí se ve a Limonov en compañía de Karadzic, quien se mantuvo prófugo hasta el año 2008 y hoy está condenado por crímenes de guerra.

La guerra aún está fresca, treinta años de historia no es nada. Al leer Los bosnios no pude dejar de pensar en las películas El último día y Sarajevo mi amor que también se refieren al hecho, pero desde otro tonos. Las guerras de los Balcanes han vuelto a las noticias a raíz del Premio Nobel otorgado el año 2019 al autor Peter Handke, quien ha realizado una defensa de Serbia y de su papel en el conflicto.

Los bosnios es un libro terrible, que nos cuenta sobre la aniquilación del otro, cuando ya se han borrado todas las fronteras valóricas y solo queda el refugio de la memoria para rescatar las existencias simples de tantos y de tantas y hacerlos caminar otra vez por la vida, para imaginar un presente posible. Los bosnios nos habla sobre los bosnios, pero también se refiere a todos los perseguidos y humillados que habitan nuestro pandémico planeta.

 

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Juan Ignacio Colil (1966) es un escritor chileno autor, entre otras, de las novelas Un abismo sin música ni luz (Lom Ediciones, 2019), y El reparto del olvido (Lom Ediciones, 2017). Asimismo, por el volumen inédito Espejismo cruel fue galardonado con el prestigioso Premio Pedro de Oña versión de 2018, que entrega la Corporación Letras de Chile.

 

«Los bosnios», de Velibor Čolić (Editorial Periférica, 2013)

 

 

Juan Ignacio Colil

 

 

Imagen destacada: El escritor Velibor Čolić (1964).

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