En estos cuentos la capital metropolitana parece ser un personaje más, casi como si estuviera viva. Y el lector se mueve al modo de una cámara voyeur que se acerca y se aleja de los edificios y calles en los cuales se desarrollan las historias que semejan, la mayoría de las veces, tener una conexión entre sí.
Por Julián Calvo Nimega
Publicado el 27.3.2018
Noches en la ciudad es el primer conjunto de relatos de Emilio Ramón (Santiago, 1984), quien había debutado con la novela Labios ardientes (La Polla Literaria, 2014, Santiago-Ander, 2017). Y resulta ser un conjunto de historias sólido, bien escrito, capaz de llevar al lector a la angustia y también a la carcajada, un viaje pendular que no cae en una mezcla poco asertiva de relatos; al contrario, las historias cuajan a la perfección, con la ciudad de Santiago como telón de fondo.
El libro abre con “El número 13”, donde Tapia, un desempleado que se enfrenta a una entrevista importante de trabajo y, para vencer la tartamudez que lo aqueja, inhala cocaína en el baño de la oficina, lo que podría llevarlo a un verdadero acto fallido. Sigue con “Perdidos en Santiago”, que viene a ser una crítica descarnada a los editores mediocres y machistas que abundan (no solo en Santiago). Luego nos encontramos con “¡Eliminado!”, un relato que juega a la perfección con los deslindes temporales y, a través de un soberbio uso del humor negro, nos sumerge en los traumas y obsesiones de un ex “doble oficial” de Michael Jackson oscuro y caído en desgracia. Sin duda uno de los puntos más altos del libro.
Otros relatos destacados son “Fotofobia”, un angustiante cuento que mezcla lo metafórico con el más cruel de los realismos, al igual que “Viaje en tren”. En estos textos vemos el otro lado de los relatos de Emilio Ramón, el lado más oscuro y desgarrador, con una prosa que va pintando los cuadros más dramáticos, pero sin caer jamás en lo melodramático o en lo azucarado.
En Noches en la ciudad, Santiago no es solamente un escenario de fondo. Parece ser un personaje más, casi como si estuviera vivo. Y el lector se mueve como una cámara voyeur que se acerca y se aleja de los edificios y calles en los que se desarrollan las historias que parecen muchas veces conectarse entre sí. Y esto no es solo una manera de decir, pues ciertos personajes de un cuento se introducen sutilmente en otros, como el taxista de “Usted no engañaría a una mujer como yo” que luego aparece en “Ella (Tragicomedia en tres actos)”, o cuando Berni Larraín, la protagonista de “La luz de la luna sobre ella” lee el libro Perdidos en Santiago, que tiene un lugar principal en el relato homónimo.
Personajes fracasados, derrotados y desadaptados moviéndose por una ciudad llena de historias que muchas veces no vemos, pero que están en cada rincón, en cada habitante, tal como lo indica Ítalo Calvino en el epígrafe del libro: “La ciudad no cuenta su pasado, lo contiene como las líneas de una mano, escrito en las esquinas de las calles, en las rejas de las ventanas, en los pasamanos de las escaleras, en las antenas de los pararrayos, en las astas de las banderas, cada segmento surcado a su vez por arañazos, muescas e incisiones”.
Un libro fresco, lleno de humor negro y a la vez de oscuridad y de suciedad. Con pluma certera, Emilio Ramón nos presenta un conjunto de historias urbanas, que bien podrían estar ocurriendo en este mismo momento.
Noches en la ciudad, 96 páginas, Santiago-Ander Editorial, 2017, ISBN: 9789563684100
A la venta en: Qué leo Tobalaba, Librerías UC, Librería del GAM, Librería Proyección, Bosque Sativo Grow Shop, Librería En el Blanco (Valparaíso)
Crédito de la imagen destacada: Santiago-Ander Editorial