Con esta impecable novela (Editorial Planeta, 2021), el narrador chileno Daniel Hidalgo construye un mundo maravillosamente infernal, con una prosa sólida y un lenguaje despojado de cualquier barroquismo innecesario, al alejarse de toda escritura burguesa y autoficcional.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 14.3.2021
La trayectoria del joven escritor chileno Daniel Hidalgo Urtubia (Valparaíso, 1983) es una envidiable muestra de sus capacidades creativas. A lo largo de los últimos diez años se ha posicionado como un sólido referente de las letras latinoamericanas.
Su trabajo, disfrazado con la apariencia de lo sencillo, esconde las características de un entramado literario profundo y del más alto nivel. Su última novela El último pogo de Rita Maldita (Planeta, 2021), no es sino la confirmación de esto, pues los laberintos por los cuales nos guía la narración nos instalan en una especie de infierno paralelo.
Personajes inadaptados y con dilemas existenciales, como Miss Horror y la propia Rita Maldita, se mueven en el mundo de la música hard rock y de los ritos de la noche: “Vivían rodeadas de músicos, tatuadores, tipos que decían ser artistas, por lo que nunca les faltaban panoramas ni amores violentos”.
Personajes que tienen una existencia diferente a las tensiones de una vida común y corriente. Sin embargo, sus propias vidas son un constante estado de sobrevivencia, una especie de vagabundeo infernal como los de Kerouac, donde la intensidad de las emociones y el uso del cuerpo como un laboratorio, parecen ser la marca de origen, transformándolos en seres únicos y extraordinarios.
No deja de llamar la atención la capacidad creativa del autor para la nominación de los personajes: Piraña, Monstruo, Marciano, Christian Metal, Ícaro y por supuesto el violento y enigmático S.
Una novela muy dinámica, cuya narración en permanente ascenso, nos mantiene pegados a las páginas del libro, cuya escritura articula variados elementos de la cultura popular y los funde para crear un mundo lleno de horrores y de violencia.
Lo siniestro está encarnado en S., un hombre que a la vez parece ser una entidad altamente violenta, cuya vida estaría destinada a crear un mundo paralelo, donde él es el amo y soberano, una especie de fuerza sobrenatural, que a través del uso de sustancias alucinógenas, y en especial una pastilla, logra transformar y poseer a quienes caen en sus oscuras manos:
“Para S., la Antvirgen era una forma de ampliar la realidad. Había condensado un ser completo en una pequeña pastilla. Durante esos viajes, el Monstruo lograba verse a sí mismo parado al frente de su propia imagen y entendía que el desdoblamiento se había producido. Si bien lo experimentó también con otras drogas, con la Antivirgen era distinto, era real”.
En este sentido, salta de inmediato la pregunta, pues no se puede escapar del símil, ¿no es también la literatura una forma de ampliar el mundo, de expandir nuestra limitada existencia?
Y el mismo S., el inventor de estos mecanismos que permiten que la conciencia se extravíe en otros planos de la realidad, ¿no se asemeja a una especie de creador de mundos imaginarios, donde la mente abandona el cuerpo para habitar otras existencias?
Sin lugar a dudas, El último pogo de Rita Maldita (Planeta, 2021), es un salto brillante dentro de las letras latinoamericanas, una cruza de realismo sucio y minimalismo, donde los toques de ciencia ficción revitalizan permanentemente la narración.
Daniel Hidalgo construye un mundo maravillosamente infernal, con una prosa sólida y un lenguaje despojado de barroquismo innecesario, alejándose de toda escritura burguesa y autoficcional que ha inundado por años la producción literaria.
Su trabajo es el triunfo de la experiencia y la imaginación. Esperemos que el pogo de Daniel Hidalgo continúe por años.
***
Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
«El último pogo de Rita Maldita», de Daniel Hidalgo (Planeta, 2021)
Martín Parra Olave
Imagen destacada: Daniel Hidalgo.