Si bien es cierto que el trabajo del escritor madrileño Javier Marías es técnicamente irreprochable, volver sobre el mundo del espionaje parece una apuesta poco atractiva. Sin embargo, esta novela dejará muy satisfecho a todos sus seguidores y puede ser, sin lugar a dudas, una excelente puerta de entrada al mundo creativo de su autor.
Por Martín Parra Olave
Publicado el 30.4.2021
El escritor español Javier Marias (Madrid, 1959) se ha consolidado en los últimos años como el gran escritor de la península íberica y uno de los mas vendidos y mejor criticados en lengua castellana.
Ha obtenido diversos premios, entre los que se encuentran el Nacional de Traducción en 1979, el Herralde de 1986 con su obra El hombre sentimental, el de la Crítica en 1993, el Rómulo Gallegos de 1994 y el Fastenrath en 1995, ambos por su novela Mañana en la batalla piensa en mí.
En el año 2012 rechazó el Nacional de Narrativa de España, que le había sido otorgado por su novela Los enamoramientos, pues no acepta premios gubernamentales y estatales.
Su última novela es Tomás Nevinson (Alfaguara, 2020), donde cuenta el regreso de este hombre a los servicios secretos ingleses, personaje que conocimos en su novela anterior, Berta Isla, y que ahora vuelve con una historia propia.
El relato se desarrolla en el noroeste de España entre los años 1997 y 1998, años de un fuerte incremento de la violencia de los grupos ETA e IRA. La labor de este detective será identificar a quienes estén relacionados con algunos atentados del grupo terrorista vasco.
Con más de 50 años de carrera Javier Marías no toma riesgos y apuesta por una fórmula ya explorada en trabajos anteriores. Se sabe dueño de una técnica narrativa muy bien aceitada, donde la construcción del relato está siempre muy asociada al género policial.
Quizás su mejor aporte sea mostrar que la complejidad de la vida, lleva a producir vuelcos en personas, cambios que convierten a perseguidor en perseguido o torturador en torturado.
Según el mismo ha señalado, dedica mucho tiempo al proceso escritural, trabaja a máquina, sin el uso de computador, corrigiendo tranquilamente con lápiz cada una de las páginas que ha finalizado de redactar, calma y lentitud que se traducen en obras de largo aliento, por sobre las 500 páginas, como es el caso de su última novela.
Además, cuando se le pregunta por sus libros ha contestado que: “Mis novelas están muy imbricadas entre sí. Me apetecía recuperar algunos de los personajes y volver a ese mundo del espionaje, muy sui generis… Aquí no hay aventurillas, o misioncillas, de eso existe ya mucho; lo que me interesaba esencialmente es lo que le pasa a una persona”.
Uno de los puntos altos de Tomás Nevison es el trabajo que desarrolla Marías para darnos a entender los pensamientos y puntos de vista de los personajes centrales de su novela.
¿Bajo qué principios se mueve alguien que decide hacer un atentado? ¿Qué lleva a un hombre o a una mujer a matar a otro? ¿Qué mecanismos se activan por parte de un Estado para detener el avance de fuerzas que intentan desestabilizarlo?
Si bien es cierto que el trabajo de Javier Marías es técnicamente irreprochable, volver sobre el mundo del espionaje parece una apuesta poco atractiva. Sin embargo, esta novela dejará muy satisfecho a todos sus seguidores y puede ser, sin lugar a dudas, una excelente puerta de entrada al mundo de su autor.
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Martín Parra Olave es licenciado en gobierno y gestión pública de la Universidad de Chile y magíster en letras de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
«Tomás Nevinson», de Javier Marías (Alfaguara, 2021)
Martín Parra Olave
Imagen destacada: Javier Marías.