La obra que analizamos es un filme entretenido (salvo su duración, que aunque está en el “promedio”, puede provocar más de un bostezo), pero que no resta ni suma a la historia que ya se contó audiovisualmente el año 1973. Un acierto, hay que reconocerlo, es que al final de la cinta no solo se menciona a la novela autobiográfica de Charrière como fuente de inspiración, sino que también a la misma película original. Eso es una señal de respeto hacia los clásicos que se agradece.
Por Rodrigo Torres Quezada
Publicado el 2.11.2018
Papillon: La gran fuga, es un largometraje del director danés Michael Noer, quien cuenta la historia de un reo llamado Henri Charrière, a quien apodan Papillon (que significa Mariposa) debido a un tatuaje en su cuerpo, quien en la cárcel de la Guayana Francesa, intentará múltiples veces de escapar. La película es un remake del crédito Papillon de 1973, protagonizado por Dustin Hoffman y Steve McQueen.
No es novedad lo que está pasando en la industria hollywoodense que ha optado por dos opciones a la hora de realizar filmes: o se centra en historias sobre superhéroes o efectúa remakes (o reboots, etcétera). Incluso existe el rumor de que Piratas del Caribe tendrá un nuevo reinicio, ya sin Johnny Depp. Pensemos que esta comenzó el año 2003 con la saga… ¿Habrá pasado tanto tiempo como para que se le haga una nueva versión? Esta falta de ideas es preocupante, no tanto por que uno esté interesado en los pobres productores que están desesperados por reunir un poco de dinero. No, más bien, esta ausencia de creatividad es alarmante porque es un signo de nuestros días: en todas las artes pareciera que se cierne la sombra de un collage de lo repetitivo y que ya no apunta a nada.
Así, uno se pregunta si era necesario volver a hacer una versión de Papillon, que es un clásico basado en la autobiografía de Henri Charrière, de 1969, quien en dicha obra relató su vida en la cárcel, la que estuvo repleta de situaciones terribles. Y era que no. La nueva película no es Oz (la sanguinaria serie carcelaria de HBO) ni El marginal (una brutal y muy buena serie argentina sobre la vida en un penal), ni tampoco El expreso de medianoche (de Alan Parker, 1978) pero retrata lo que se podría esperar ver en un recinto penitenciario. Lo que más destaca de este largometraje es la relación, con un gran sesgo de atracción sexual, entre Papillon (Hunnam) y el amigo que hace dentro, Louis Dega (Rami Malek). La química funciona y se podría decir que lo mejor de la cinta es la relación que establecen estos dos personajes. Por cierto, ver a Rami Malek (el mismo de Mr. Robot) es una especie de preludio de lo que se espera de él en Bohemian Rhapsody.
En conclusión, es una película entretenida (salvo su duración, que aunque está en el “promedio”, puede provocar más de un bostezo), pero que no resta ni suma a la historia que ya se contó audiovisualmente el año 1973. Un acierto, hay que reconocerlo, es que al final del filme no solo se menciona a la novela autobiográfica de Charrière como fuente de inspiración sino que también a la misma película original. Eso es una señal de respeto hacia los clásicos.
Tráiler:
Rodrigo Torres Quezada (Santiago, 1984) es egresado del Instituto Nacional “General José Miguel Carrera” y licenciado en historia de la Universidad de Chile. Ha publicado los libros de cuentos Antecesor (2014) y Filosofía Disney (2018) bajo el sello Librosdementira. También ha dado a conocer distintos relatos de su autoría en La Maceta Ediciones (2017) y la novela titulada El sello del pudú (Aguja Literaria, 2016). Lanzó, asimismo, el volumen de ficción Nueva narrativa nueva (Santiago-Ander, 2018), y obtuvo el primer lugar en el concurso V versión Cuéntate algo de Biblioteca Viva (2012). El año 2016, en tanto, se quedó con el primer lugar en el I Concurso Literario del Cementerio Metropolitano. Igualmente es redactor permanente del Diario Cine y Literatura.