En este poemario la palabra se convierte de golpe en un río que fluye a borbotones y existe una tierna cadencia en la repetición de ciertos términos, como si nos acunaran con su arrullo: un flujo sin fin, la vida y memoria del corazón. El autor es hijo del periodista bonaerense Miguel Ángel Bustos von Joecker, quien fuera asesinado durante la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983).
Por Brenda Mezzini
Publicado el 24.3.2018
“Esta espantosa reliquia del dolor: la alucinada memoria”.
Miguel Ángel Bustos
24 de marzo de 1976. Fecha nefasta para la historia argentina.
Noche de pavor, en la que con un breve comunicado se informó a la población que estaba bajo el poder de la Junta Militar.
Y luego esa etapa negra de dolor, pérdida, muerte y exilio.
Y su contrapartida esperanzadora en la lucha incansable y valiente de las Madres, su ronda de los jueves en la Plaza y su búsqueda de la verdad. A pesar de todo y cueste lo que cueste. La recuperación de los nietos, la certeza de la identidad al fin.
Porque no hay vallado neoliberal que reprima la memoria del corazón.
Cada 24 es marcha, es pueblo en la Plaza, son las Madres y los pañuelos. Y las nuevas generaciones que acompañan.
Pero también son las siluetas dibujadas en papel afiche, pegadas en las paredes, con su nombre y fecha de desaparición respectivos en el centro.
Son de papel afiche, livianitas, pero pesan. En el alma pesan.
Nada mejor entonces para conmemorar este día tan sensible que la prosa poética de Emiliano Bustos, poeta y dibujante, hijo del poeta, dibujante y periodista Miguel Ángel Bustos, asesinado durante la última dictadura cívico-militar (1976 – 1983).
Emiliano, muy acertadamente, toma la “herencia” de su padre y realiza estos bellísimos poemas en prosa sobre el tema de los descendientes, titulado «Poemas hijos de Rosaura» (2016).
Y no lo hace como una suerte de estigma, muy por el contrario.
Toma la posta empoderándose. Empuña la herencia como estandarte, como bandera.
Es un fluir, un diálogo entre padre e hijo. Y la poesía también es hijo, fruto, creación.
La palabra se convierte de golpe en río que fluye a borbotones y hay una tierna cadencia en la repetición de ciertas palabras. Como si nos acunaran con su arrullo.
Nos llevan eternamente por ese río sin fin.
El río que es muerte y nacimiento. Resurrección.
Vida y memoria del corazón.
La generación de hijos (Fragmento de Poemas de hijos de Rosaura)
“Hablo a mi generación, cuya gran tragedia fue tener un gran pasado por delante”.
Nicolás Prividera
Somos hijos, generación de hijos, capa tras capa envueltos como alguien nos trajo al mundo, la generación de la fuerza de habitar de cielos paternos desaparecidos. Todas las generaciones como piezas inconclusas de sangre más un piso para esa sangre. Un piso para esa sangre, tierra, espacio en donde los hijos, las generaciones de hijos puedan pisar, y entre sus sombras ser el presente. Todavía carnes livianas pero en el desierto el incendio empieza, el incendio de nuestra generación de nuestros padres; todas las cenizas de unas reuniones que no tuvimos que nos dijeron que tuvimos. Siempre hay alguien que te dice soplando en tu oído pedófilo “no están, no estuvieron, no busques”. Somos hijos, capa tras capa. La búsqueda empieza y termina en mi estrecho cuerpo, en el tuyo, pezones fríos en silencio, labios manos como el azar de morir. Somos hijos, generación de hijos, hablamos en silencio y escribimos todavía más solos de nuestra sangre regada, rojos pozos donde hundir los puños y colaborar con la muerte en el sueño. Como colaborar con los sueños en donde todo se construye horizontalmente y nadie asoma la cabeza en un mar de algas. Extendemos los brazos en un mar de algas, dogmáticos albañiles de nuestros sueños. Como en una travesía hacia nuestros gritos, somos por fin la generación- El espacio, la micro selva de nuestros nombres e identidades, capa tras capa. Ya hablaron los picos negros de esos cadáveres; podían ser nuestros padres _y los escuchamos_ podían ser nuestros padres tenemos que repetir hasta el cansancio, por eso los escuchamos. Somos esa generación de hijos que entre las tumbas, como sueños, fuimos visitados y consolados. La generación de acero de la consolación, del sueño de los muertos como un punto de reunión.
Emiliano Bustos
Emiliano Bustos (Buenos Aires, 1972) es poeta y dibujante. Son sus libros Trizas al cielo (1997), Falada (2001), 56 poemas (2005), Cheetah (2007), Gotas de crítica común (2011) y Poemas hijos de Rosaura (1976). Asimismo compiló y prologó la obra de su padre (Miguel Ángel Bustos).
Crédito de la fotografía a Emiliano Bustos: Delfina Gil Soria
Crédito de la imagen destacada: Editorial Argonauta