A pesar de que muchos se han referido a la presente novela como una muestra de la corriente de conciencia (desarrollada por Virginia Woolf, James Joyce, William Faulkner, entre otros), la entrega de Bennett se acerca más a una cierta narrativa caracterizada en Francia a través del Avant-Garde, por los años ‘50 como el Nouveau Roman, con representantes como Alain Robbe-Grillet y Nathalie Sarraut.
Por Nicolás Poblete Pardo
Publicado el 8.9.2018
Nacida en Wiltshire, Inglaterra, Claire-Louise Bennett ha venido publicando pequeñas piezas en diversas revistas literarias, pero Pond es su primera publicación como volumen; un libro que está a medio camino entre la novela y el cuento. Y es que Pond, más que una novela, es una serie de relatos intercalados con efímeras conexiones entre ellos.
A pesar de que muchos se han referido a la publicación como una muestra de la corriente de conciencia (desarrollada por Virginia Woolf, James Joyce, William Faulkner entre otros), la entrega de Bennett se acerca más a una cierta narrativa caracterizada en Francia a través del Avant-Garde, por los años ‘50 como el Nouveau Roman, con representantes como Alain Robbe-Grillet y Nathalie Sarraut. En este tipo de narración la trama prácticamente es inexistente y lo que se privilegia es la voz narrativa fijada en todo tipo de detalles hasta mundanos. Algo parecido podemos ver en las narraciones del español Javier Marías quien, con su narrativa especulativa, desarrolla largas descripciones que se alejan de la trama, a veces por más de cien páginas, para luego retomar el hilo de un modo original, hasta misterioso. Otro caso interesante es el de la brasilera Clarice Lispector, quien desarrolla una verdadera metafísica de la domesticidad. En sus narraciones, de alto vuelo filosófico, podemos ver cómo el espacio más cotidiano es explotado para revelar un sinfín de iluminaciones, a través de un estilo extremadamente idiosincrásico: nadie puede imitar a la gran Lispector.
Pond no alcanza a llegar a los niveles de Marías o de Lispector. A pesar de que el lenguaje es cuidado y la voz narrativa inquieta, chispeante y atractiva, hay una especie de engolosinamiento con su propia pluma; la voz parece fascinada con su propio ingenio, cosa que, a veces, redunda en una ingenuidad. A pesar de la candidez que permea esta colección, la domesticidad e introspección que consigue pocas veces se acerca a lo que vemos como una epifanía en los autores antes mencionados. A medida que leía, a veces me preguntaba qué interés puede revestir el hecho de que la narradora se debata entre usar o no tinta verde para escribir en sus cuadernos, o qué bolsa decidirá usar para ir de compras. Llega un momento en que estos dilemas burgueses, un poco caprichosos de niña “bien”, terminan agotando, especialmente si consideramos que no hay realmente una progresión narrativa en términos de trama. Una de las palabras más reiteradas en la novela es “Yo”.
Bennett crea un universo interesante a nivel de lenguaje y su trabajo es delicado en ese sentido, sin embargo, tal como se explica en una sección, por mano de la misma voz narrativa: “Es bastante verdad; no hago nada realmente”.
Nicolás Poblete Pardo es escritor, periodista y PhD en literatura hispanoamericana por la Washington University in St. Louis, Estados Unidos. En la actualidad ejerce como profesor titular de la Universidad Chileno-Británica de Cultura, y su última novela publicada es Concepciones (Editorial Furtiva, Santiago, 2017).
Crédito de la imagen destacada: Spike Island (http://www.spikeisland.org.uk/).