«Rocketman»: La búsqueda del abrazo negado

El británico Dexter Fletcher dirige este notable drama musical basado en la vida del músico Elton John que actualmente se exhibe en los cines de Chile y de España. El excelente guión lo firma Lee Hall y el solvente reparto lo encabezan Taron Egerton (impecable como el artista), Jamie Bell (Bernie Taupin), Kit Connor (Elton niño) y Matthev Illesley (Elton joven). La película, a diferencia de tantos biopics, retrata la verdad de la estrella profundizando en los porqués de su drama personal que como a tantos músicos le llevaron a la autodestrucción. Pero el autor británico consiguió salir de su pozo y supo regenerar su vida.

Por Jordi Mat Amorós i Navarro

Publicado el 1.7.2019

«No puedo iluminar más tu oscuridad. Todas mis fotos parecen decolorarse en blanco y negro. Crece mi cansancio y el tiempo se estanca ante mi. Congelado aquí en la escalera de mi vida. Demasiado tarde para salvarme de la caída. Aún buscándome a mí mismo siempre es a otro al que encuentro. No dejes que el Sol decaiga sobre mí».
Bernie Taupin

 

Elton John

Músico prolífico y de gran éxito comercial, es rechazado a menudo precisamente por ser muy comercial sin quizás saber comprender su indudable arte.

Entiendo que tenemos tendencia a invalidar la opinión de las masas como reflejo del miedo a perder el propio criterio, a disolver la diferencia que somos cada una o uno de nosotros al mezclarnos con las masas e incluso a desaparecer al dejarnos arrastrar por ellas. Pero no tiene porque ser así ni mucho menos y en ese miedo creamos muros disfrazados de sibaritismo que nos aíslan. La gente se equivoca y acierta como nos equivocamos y acertamos todos los humanos individualmente.

En el caso de Elton, a mi entender la gente nota su extraordinaria sensibilidad que se refleja por ejemplo en el dedicar Candle in the wind a su amiga Diana de Gales todo un auténtico mito popular más allá de su condición social. Ambos amigos expresan la cara humana y el corazón humanista del mito.

Elton ha hecho de todo, puso música a El rey león (película y obra de teatro) con bellos temas como Circle of life, versionó espléndidamente el I’m your man de Leonard Cohen convirtiéndolo en tema “cañero”y musicalizó con maestría letras de su inseparable amigo Bernie Taupin de las que destacaría Don’t let the Sun go Down (que también interpretó George Michael, se cita parte de la letra en el encabezado), Sorry seems to be the hardest Word (adaptada con desgarro por el gran Joe Cocker) y mi favorita Your song de la que recomiendo la interpretación que realizó Elton con el tenor Alessandro Safina, toda una gozada. Así que es de agradecer este biopic de uno de los grandes de la música de la segunda mitad del siglo pasado que aún está en activo.

 

Fantasía musical

Así define la película su protagonista Taron Egerton quien asume a la perfección el rol de Elton interpretando con brillantez sus temas. Porque la película tiene mucho de onírico, entiendo como reflejo de la forma de ser de Elton, un ser libre de gran imaginación.

En ese tono onírico que impregna el filme, el niño que fue y es Elton aparece a menudo; está por ejemplo en el fondo de la piscina cuando intenta suicidarse, escena muy lograda en la que se nos muestra bellamente a ambos y a la gente que se lanza a su rescate.

Lo onírico también es protagonista de los espléndidos números musicales que tienen pleno sentido argumental. Es especialmente encantador ver a Elton levitando en un concierto junto a su piano, el levitar como el ansia por dejar “tanta gravedad” que le impide ser.

 

El actor Taron Egerton en «Rocketman» (2019)

 

El abrazo negado

La obra retrata la soledad de Elton siendo niño, siendo un chico muy sensible que pronto destacó como pianista ante el asombro de su familia. Un niño que vivenció la falta de amor, tenía un padre ausente que cuando estaba en casa pasaba literalmente de él entiendo como modo de remarcar que pasaba de su mujer. Y con una madre muy centrada en sí misma con una dedicación de “servicios mínimos” para su único hijo, suerte tuvo Elton de la abuela para sobrevivir en aquel no hogar. La abuela, la única que lo veía en su diferencia, la única que lo amaba de verdad y la que tanto ayudó a que estudiara interpretación musical para perfeccionar su talento innato al piano.

Ese abrazo negado paterno, esos “servicios mínimos” de la madre calaron muy hondo en Elton que salió al mundo sediento de amor. Y en su ceguera de necesidad se enganchó a un hombre que le hizo de manager, se enganchó al amor de un mentor como buscando el amor negado del padre; pero ese hombre sólo quería su dinero y lo manipuló a su antojo sin atisbo alguno de amor. Y sus padres no cambiaron, la madre llegó a decirle que nadie le amaría; y el padre con su nueva mujer e hijos lo recibe con distancia siendo él ya estrella famosa.

En una emotiva escena vemos como le pide a su hijo que le autografíe un disco, Elton feliz empieza su dedicatoria con un “A papá” pero pronto tiene que tacharlo al saber que se lo pedía para un amigo; sale del nuevo hogar del padre y lo ve abrazando a esos niños mientras a él sigue negándole el abrazo, en su lujoso coche rompe a llorar. Todo el éxito, toda la fama pero con grandes carencias de amor. Así, se entiende que Elton se hundiera en alcohol, el sexo mecánico y las drogas, y en su desesperación buscara suicidarse tirándose a la piscina de su lujosa mansión repleta de invitados ajenos a él, ajenos a su sufrimiento.

Sólo tenía (aparte de la abuela) a una persona que le amaba de verdad, el letrista Bernie Taupin con quien formaba un genial dúo artístico. Amigo de gran amor, una amistad auténtica pero para nada la pareja que él buscaba para entregarse. Porque Elton tenía también mucho amor que dar, él era y es un hombre amoroso.

 

En el centro del círculo

La película se inicia con Elton acudiendo a una sesión grupal de terapia. En ella va recreando su vida, su tragedia; en ella se quita las máscaras de divo, se des-nuda, se reconoce en sus aspectos oscuros, llora por tanto dolor… Y en ella ve a los miembros de su familia incluido al niño que fue y es.

Cuando Elton logra verse en su oscuridad, cuando Elton toma mayor conciencia de su drama personal, entonces es capaz de convertirse en padre adulto de su niño abandonado al que simbólicamente abraza en el centro del círculo que forman los asistentes a las sesiones terapéuticas. Gran escena simbólica, como un haiku de una vida.

Ahora Elton se ha responsabilizado de ese niño y lo va a hacer feliz, se va a hacer feliz. Así acepta su realidad familiar, acepta su dolor y decide resurgir de sus cenizas. Resurge de su hundimiento y sale con fuerzas renovadas al mundo con mayor seguridad, el mundo ya no le duele tanto y ya no quiere escapar de él. Y afortunadamente encuentra a alguien del que recibir y al que dar amor auténtico, alguien con quien mostrarse cómo es, alguien con quien compartir su vida, alguien que es aún hoy en día su pareja.

Ahora sí su mirada amorosa refugiada tras sus simbólicas gafas de corazones con las que le vemos en terapia, puede mostrarse sin tanta protección. Ahora sí vuela libre tal y como siempre deseó, deseo que evidenciaban sus alas del disfraz con el que acudía a las sesiones grupales. Estamos pues ante una historia real de superación, una historia que merecía ser contada desde la sinceridad de una estrella al que no se le caen los anillos por mostrarse en toda su autenticidad. Gracias, Elton por tu valor (en toda la riqueza de la palabra).

 

Jordi Mat Amorós i Navarro es pedagogo terapeuta por la Universitat de Barcelona, España, además de zahorí, poeta, y redactor permanente del Diario Cine y Literatura.

 

Una escena del filme «Rocketman»

 

 

 

 

 

Jordi Mat Amorós i Navarro

 

 

Tráiler:

 

 

Imagen destacada: Un fotograma del largometraje de ficción Rocketman (2019), del realizador inglés Dexter Fletcher.