Esta obra -que obtuvo la mención en sonido de la competencia chilena del Santiago Festival de Cine 2019- es un largometraje documental que, a pesar de llevar los focos a sus novedosos protagonistas, no debe ser mirado como un título que trata, exclusivamente al menos, de sus acontecimientos. Así, el filme, imprevisto y profundo, esconde, quizás de forma amarga, lo extraordinario y lo cotidiano en su exhibición.
Por Carlos Pavez Montt
Publicado el 26.8.2019
La película de Perut y Osnovikoff es un acierto. Es una expresión constante del ambiente en que viven dos perros, en el Parque de los Reyes. Lo mejor de todo es que, como no se suele hacer en el cine, se respeta al ser animal y distinto a el/la ser humano. Con esto no me refiero a que las demás películas avalen el maltrato animal ni mucho menos. Es sólo que este largometraje documental significa una concientización del respeto por el discurso de los animales. Es representado y proyectado frente a un público que pueda considerarlos de tal manera, esperemos.
La dupla directiva nos propone un filme complejo, en el sentido de que nos encontramos con algo no convencional, en una obra que recuerda a una expresión poética y cinematográfica impulsada, por ejemplo, por Tarkovski. Si bien los planos no están tan dirigidos a este tópico, la narración, que está muy escondida bajo los acontecimientos, encierra un sentido expresivo difícil de arrancar o de extraer para el espectador. Esto lo escribo porque simplemente no creo que Los reyes sea una cinta que cuente –de forma única– la vida de dos perritos.
En el sonido, también muy importante, van apareciendo voces en un tono esporádico. El ambiente se calma y tres jóvenes de Cerro Navia, creo, conversan, discuten, son amigas y amigos. El problema es que, al parecer, todo eso era un juego lúdico para el público, o lo era en ese momento por lo menos. La verdad es que la película invitaba a la reflexión. Sí, los diálogos eran entretenidos, sobretodo porque la juventud está cada vez más homogeneizada y bueno, lo demás queda en la conciencia, en la lucidez y en el gusto de cada una o uno.
Los reyes es un documental que, a pesar de llevar los focos a sus novedosos protagonistas, no debe ser mirado como un título que trata, exclusivamente al menos, de sus acontecimientos. Los chistes de la y los jóvenes que hablan en off invitan de forma implícita a la reflexión, no al alejamiento. Que la gente se ría de manera indiscriminada, y que el silencio no le entregue herramientas para la percepción, es hasta preocupante. El filme, imprevisto y profundo, esconde, quizás de forma amarga, lo mundano o lo cotidiano en su exhibición.
Carlos Pavez Montt (1997) es, en la actualidad, un estudiante de licenciatura en literatura hispánica de la Universidad de Chile. Sus intereses están relacionados con ella, utilizándola como una herramienta de constante destrucción y reconstrucción; por la reflexión que, el arte en general, provoca en los individuos.
Tráiler:
Imagen destacada: Un fotograma del filme Los reyes (2019), de Iván Osnovikoff y de Bettina Perut.