La cinta del realizador nacional Théo Court —pese a que sólo se llevó una mención para su director en su paso por el Santiago Festival Internacional de Cine 2020— ha sido una de las obras audiovisuales que mayores cuestionamientos éticos y reflexiones artísticas, han dejado en la experiencia estética tanto de la crítica especializada como de los espectadores, que participan del evento que con gran éxito se desarrollará vía streaming hasta este domingo 23 de agosto.
Por Carlos Pavez Montt
Publicado el 22.8.2020
Las imágenes de la complicidad y de la negación. La película del director español y chileno Théo Court Bustamante está rodeada de un ambiente inhóspito. Las locaciones en las que se grabaron las secuencias de fotogramas demuestran, expresan las condiciones de la soledad y del silencio. Una entidad sin voz que sigue con su música vigente en nuestros tiempos.
La ficción, en este sentido, no está dotada de una revisión historiográfica «general». Tampoco precisa en los detalles de la verosimilitud de los hechos. La obra literaria, cinematográfica, discursivamente artística como tal, se resiste ante el pensamiento positivista del paradigma científico.
El mismo sujeto racional que enaltece el alma y el pensamiento del porvenir racional o lógico. Que se establece encarecidamente entre las barreras que le impone la cotidianeidad de los medios de comunicación. Que imprime de manera unívoca su percepción en el mundo.
Blanco en blanco es una suerte de fluctuación de las sensaciones que la experiencia provoca en el fotógrafo. La imagen capturada, enfriada, a-temporalizada que expresa en su propia estética un determinado y abominable sentido histórico.
Porque la fotografía, y en fin, la intervención de la figura creadora en la realidad puede cambiar su potencial de interpretación. La captación de un momento natural, pero artificializado, le entrega a la imagen una condición que desafía el paso del tiempo y al establecimiento de la dominación.
Así, bajo la dirección de Court Bustamante, y la gran tarea que logra todo el equipo de realización, se construye un sentido que subyace, que se revela desde el interior del silencio establecido en lo «histórico». Los hechos pasados no son verdades incuestionables, sino interpretaciones con distintos poderíos.
La negación de las realidades–otras es una de las características fundamentales de lo que algunas personas llamarían “sentir patriótico”. Una bandera que bajo las tenues lecciones de su Historia esconde la exclusión y el exterminio de familias o de pueblos enteros.
La «otredad», en aquellos términos contraria al progreso, a la producción y a la mercantilización, fue negada mediante la afirmación de un poder político y económico. Los terrenos naturales vieron expulsados de su materialidad al sentido de vida originario.
En una película crítica, reflexiva y artística, Court establece que la contingencia es la que interpreta a los hechos. El presente eterno y el olvido, políticas incluso fácticas de los gobiernos en los últimos tiempos, son comprendidas como una negación, como una injusticia que merece ser reivindicada hasta el día de hoy.
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—SANFIC 16: Blanco en blanco, corazón de las tinieblas.
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Carlos Pavez Montt (1997) es licenciado en literatura hispánica de la Universidad de Chile, y sus intereses están relacionados con ella (con la literatura en lengua romance), utilizándola como una herramienta de constante destrucción y reconstrucción, por la reflexión que, el arte en general, provoca entre los individuos.
Tráiler:
Imagen destacada: Blanco en blanco (2019), de Théo Court Bustamante.