Respecto a las temáticas que aborda esta realización escénica, cabe destacar la pérdida, la ausencia, el sin sentido de la vida, la depresión, la soledad, pero por sobre todo, la temática de género, ya que es una pretensión de la compañía «La Niña Horrible», cuestionar el sistema heteropatriarcal y las normas sociales atribuidas a la mujer, lo cual se evidencia en esta obra en los intentos de la madre y sus amigas para que Nina sea feliz, buscándole un novio o recobrándole la maternidad perdida, pero también se trasluce en las historias desventuradas de amor de la madre y sus amigas, quienes han soportado el peso de los cánones femeninos y los estereotipos que aquellos implican.
Por Jessenia Chamorro Salas
Publicado el 16.1.2018
La sala del teatro Camilo Henríquez está llena, es la tarde del estreno y Paulina Urrutia, directora del teatro, además de recibir a los espectadores en la entrada, presenta la obra a modo de introducción. La sala se oscurece, y la escena comienza con un cuadro que podría recordar la estética del cine de Tim Burton. Algo de aquella se puede asociar a la construcción tanto del diseño escénico, como de los personajes, cuyo cariz esperpéntico podría recordar a sus entrañables personajes.
Vuelve en una exitosa temporada (todas las fechas están agotadas antes del estreno) enmarcada en esta versión de Santiago a Mil, La trágica agonía de un pájaro azul, un verdadero acontecimiento teatral realizado por la compañía multidisciplinaria “La niña horrible” [1], en donde Javier Casanga dirige una vez más un texto escrito por Carla Zúñiga, logrando un trabajo en equipo que se despliega como un espectáculo en esta realización escénica.
Esta trágica agonía, metaforizada por la muerte del pájaro azul, alude a los últimos días de Nina, mujer de cuarenta años cuya hija ha muerto, razón por la cual, ha decidido suicidarse. Días en que su madre, y única compañía, Ema, intenta un sinfín de artimañas para evitar que su hija cometa el hecho que ha anunciado, entre ellas, buscarle un novio y reemplazar a su hija muerta con otra, entre otras banalidades con las que desea llenar el vacío de Nina para no perderla definitivamente.
Aquél drama con desenlace trágico, que se anuncia desde el título de la obra, está envuelto en una estética con tintes góticos y barrocos, que dotan a la escena de un cierto tono espeluzante, en el cual asola una estridente fantasmagoría por medio de los recursos utilizados, entre los que destaca la iluminación rojiza, la cual provoca una atmósfera psicológica cargada de una honda emotividad, así como también, los efectos sonoros, los cuales están en sintonía con el diseño de época propuesto, y que generan dos reacciones, por un lado distención en cuanto a las melodías y canciones puestas como telón de fondo, mientras que por otro, estupor y asombro en los fuertes golpes que anuncian la llegada de algún personaje.
Ahora bien, en lo relativo a los personajes, cabe señalar que además de esperpénticos, contienen rasgos maniqueos que los posicionan como arquetipos, cuya tendencia caricaturesca es potenciada por el histrionismo circense de los actores. Todo lo cual genera un contrapunto cómico e hilarante que transforma a La trágica agonía de un pájaro azul, en una tragicomedia en donde el humor negro es el bálsamo que permite asimilar el drama representado, así como también, la implícita crítica social sobre las imposiciones de género.
La hiperteatralidad dada por el uso del travestismo como recurso lúdico e irónico, junto al grotesco y el expresionismo que exponen desfachatadamente los personajes, dotan a la obra de una comicidad que se potencia a causa del contenido profundamente emotivo y dramático de los textos, los cuales provocan distintos efectos en los espectadores, los que van desde la risa a la conmoción, pasando por la empatía y el estremecimiento.
Una corporalidad travestida que mima gestos cuasi bufonescos, sustenta un simulacro teatral urdido espectacularmente. Mientras Ema recuerda a ese ochentero personaje de Jappening con Já, Eglantina Morrison, Nina adquiere una volátil posición corporal semejante a la Reina Blanca de Alicia in Wonderland, y las tres amigas retrotraen algo de esos cómicos icónicos de mediados del siglo pasado, Los tres chiflados, así como también, algo de esas macabras hermanastras de la Cenicienta Disney.
Respecto a las temáticas que aborda esta realización escénica, cabe destacar la pérdida, la ausencia, el sin sentido de la vida, la depresión, la soledad, pero por sobre todo, la temática de género, ya que es una pretensión de La Niña Horrible, cuestionar el sistema heteropatriarcal y las normas sociales atribuidas a la mujer, lo cual se evidencia en esta obra en los intentos de la madre y sus amigas para que Nina sea feliz, buscándole un novio o recobrándole la maternidad perdida, pero también se evidencia en las historias desventuradas de amor de la madre y sus amigas, quienes han soportado el peso de los cánones femeninos y los estereotipos que aquellos implican.
De esta manera, la “trágica agonía del pájaro azul”, es también la trágica agonía de Nina, quien poco a poco se va convirtiendo en ese mismo pájaro a quien libera, para morir ella también y liberarse de la jaula en la que se ha convertido su existencia vacía y anodina, en donde solo habita la soledad y ese vínculo con Ema que la mantiene atada al mundo aun sabiendo que lo dejará.
Por último, La trágica agonía… es una performance espectacular cuya puesta en escena bien podría haberse acotado, prescindiendo de algunas reiteraciones innecesarias – diálogos con la psicóloga, continuas interrupciones de la compañera de trabajo, excesivas discusiones entre las amigas – que, aunque útiles al reafirmar el absurdo y el grotesco, provocan una distención que no contribuye mayormente a la realización escénica, la cual podría haberse condensado en un tiempo un tanto menor de duración.
La trágica agonía de un pájaro azul es una propuesta cuya vitalidad teatral se derrama en cada detalle de la puesta en escena, en cada hiperbólico gesto y movimiento de los actores, quienes nos recuerdan que el teatro no solo es representación, sino que es un espectáculo de la realidad.
[1] La multidisciplinaria compañía de teatro fue fundada en el año 2013 por el director Javier Casanga y la dramaturga Carla Zúñiga, lleva exitosos montajes estrenados: “Sentimientos” (2013), “Historias de amputación a la hora del té” (2014) y “En el jardín de rosas: Sangriento Vía Crucis del fin de los tiempos” (2015), “Los tristísimos veranos de la princesa Diana” (2017) y “La trágica agonía de un pájaro azul” (2017), proyecto financiado por FONDART. En: http://laninahorrible.cl/compania/
Ficha técnica:
Dirección: Javier Casanga | Dramaturgia y Asistencia de dirección: Carla Zúñiga | Asistencia de montaje: Diego Cubillos | Elenco: Felipe Zepeda, Juan Pablo Fuentes, Coca Miranda, Carla Gaete, David Gaete, Sebastián Ibacache, Mario Olivares, Denis Troncoso, Ítalo Spotorno, Maritza Farías, Claudia Vargas | Trapecio: Carlos Troncoso, Matías Keim | Diseño escenográfico: Sebastián Escalona | Realización: José Miguel Carrera, Diego Rojas | Diseño de vestuario: Elizabeth Pérez | Asistente de vestuario: Fran Pizarro | Diseño de iluminación: José Miguel Carrera | Música: Alejandro Miranda | Voces: Elisa Vallejos | Prensa: Santi Teatro & Danza | Producción: Minga Producción Escénica | Análisis dramático: Natalia Castro
Para consultar por funciones de La trágica agonía de un pájaro azul en Santiago a Mil 2018, ver aquí
Crédito de las fotografías: Archivo Fundación Teatro a Mil