Este es un espectáculo que todo público debe apreciar, en especial los viudos del extinto programa de Canal Rock & Pop y los seguidores de los actuales formatos mediales dirigidos por Marcelo Comparini y Marco Silva, quienes con desparpajo, simpatía y humor corrosivo, rasguñan los límites de lo cultural y socialmente permitido.
Por Jessenia Chamorro Salas
Publicado el 21.8.2018
El día jueves 16 de agosto se realizó el segundo espectáculo en el Teatro Nescafé de las Artes protagonizado por los locutores, conductores e íconos de la TV de los noventa, Marcelo Comparini y Marco Silva, quienes estos últimos años han revivido con gloria y esplendor el éxito del que hace más de dos décadas gozaban en el ya mítico canal de televisión Rock & Pop, cuna de gran cantidad de personajes que hoy ya tienen consolidadas carreras en el mundo del espectáculo. Ambos conducen el programa radial “Esto No es Plaza Italia”, de la Radio Oasis FM, y que tiene su versión vespertina “Esto Tampoco es Plaza Italia”, además de co-animar junto a Sergio Lagos el programa late de Canal 13, “Sigamos de largo”. Frente a este auge por sus figuras, el espectáculo en vivo nació como una posibilidad de condensar ambas propuestas y llevarlas al formato de las tablas, en un espectáculo que combina stand up comedy, programa de TV en vivo y show de variedades.
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Con un despliegue escenográfico que contó con la participación de varios rostros de televisión, radio, política e incluso familia, Comparini y Silva hicieron reír con una receta ya probada a su público más fiel, los “chuchis” que actualmente los siguen por TV o radio, y aquellos que en su adolescencia y juventud fueron asiduos al programa emitido por el Canal 2 y que es considerado hasta el día de hoy, un programa de culto representativo de los controvertidos años noventa, el cual utilizaba el humor y la ironía para parodiar y criticar tanto a la clase política, como a la incipiente farándula y el doble estándar social.
Estas mismas estrategias discursivas fueron las utilizadas en este montaje llamado “Políticamente incorrecto”, el cual abordó temas contingentes con un humor ácido y corrosivo, y una ironía que en ocasiones era difícil de descifrar. La pregunta que articuló el espectáculo fue: ¿Se puede hacer humor de todo actualmente? La respuesta era obvia, no, pues tal como ya se ha sabido, Chile cambió y el escenario actual no sigue igual que en la década de los noventa, y esto es precisamente lo que problematizan en su particular estilo Comparini y Silva, parodiando y burlándose de la clase política, el doble discurso característico del chileno, la contingencia ministerial del momento, y de las figuras icónicas de la farándula.
Lúdicos, irónicos y a veces ácidos, Marco y Marcelo han sabido conquistar más que un espacio en los medios de comunicación, en conjunto literalmente “son dinamita” logrando hacer reír y cuestionarse tanto a su público de culto como a los nuevos espectadores
El espectáculo derrocha improvisación, que a ratos extrema liviandad en un guión que a veces no parece del todo prolijo. Ambos se posicionan en su oficio de conductores de un ficticio programa de TV que se representa sobre las tablas, y que incluye dos pausas a modo de tandas de comerciales, momentos en que ambos se toman un respiro y dan tribuna a la participación de un músico que realiza un homenaje paródico a Alberto Plaza. Posiblemente el momento más bajo de todo el espectáculo ya que no solo resta protagonismo a Silva y Comparini, sino que cae en una mofa gratuita, burda y poco jocosa.
De la inmigración, la homosexualidad, el feminismo, los provincianos, e incluso los discapacitados se ríen Marco y Marcelo, siempre con una ingenuidad irónica que juega y da cabida a la interpretación del espectador, quien cierra y abre los significados de este “humor diferente”. Se trata de reírse de todo porque de todo uno no se puede reír. Burlarse de la gravedad pero a su vez de los estereotipos que genera el humor burdo que tiene como foco a una minoría de raza, género, clase u otra.
El espectáculo incluye dinámicas con el público, juegos, un show de varieté tipo Brodway a cargo de un transformista, entrevistas que no lo son, un amago de Stand Up Comedy a cargo de Javiera Contador, y la participación estelar de Werne Núñez disfrazado del mítico personaje infantil de los noventa y 2000, el dinosaurio Barney, quien se presenta como un ser desfachatado, grosero y sexualizado, desacralizando y burlándose de la figura antaño infantil a la vez que aprovechando los rumores creados en torno a su apariencia, voz y actitud.
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Sin duda, “Plaza Italia” es un espectáculo que debe ver todo público, en especial los viudos del extinto programa de Canal Rock & Pop y los seguidores de los actuales programas de TV y Radio dirigidos por Comparini y Silva, quienes con desparpajo, simpatía y humor corrosivo, rasguñan los límites de lo “Políticamente (IN) correcto”.
Crédito de las fotografías utilizadas: Javier Valenzuela