[Crónica] Conspiraciones biológicas en La Unión Chica
Ayer visité el bar de la calle Nueva York 11, acuciado por la irreprimible sed de un colemono. Mientras lo ingería, frente a la barra que el Wenche Álvarez ha hecho proteger con una vidriera…
Ayer visité el bar de la calle Nueva York 11, acuciado por la irreprimible sed de un colemono. Mientras lo ingería, frente a la barra que el Wenche Álvarez ha hecho proteger con una vidriera…