El montaje dramático que hasta este último fin de semana de marzo se presenta en el Centro Cultural Matucana 100, recurre a varios estilos teatrales y soportes estéticos de interpretación: la narrativa es intimista, y con una estructura épica muy marcada en el discurso brechtiano.
Por Rodrigo Peralta Godoy
Publicado el 28.3.2019
Durante años se ha construido una imagen de unas de las cantautoras, recopiladora, artista y una de las mujeres más relevantes del arte popular del mundo. Hablamos de Violeta Parra; una artista multidisciplinaria con una energía y lucidez sorprendente, que tuvo la valentía suficiente de hacerle frente a la sociedad chilena clasista, arrogante y discriminadora de la segunda mitad del siglo XX.
La compañía nacional Malamadre, radicada en la Ciudad de México, conformada por Javiera Núñez, Carla Romero y Jeannette Pualuan, nos presentan un documento en torno a la figura de esa Violeta madre, artista, discursiva y panfletaria, a través de su mirada de mundo y de su atómica visualidad arrojada desde los paisajes de la simpleza del pueblo.
Un gavilán para Violeta es un montaje que recurre a varios estilos y soportes estéticos. La narrativa es intimista, con una estructura épica muy marcada en el discurso brechtiano.
En este ejercicio escénico la figura de la intérprete queda supeditada al rol performático donde las artistas se transforman en ejecutoras de un relato fragmentado, y son ellas, las actrices, quienes se someten a esta posesión, a este rito que convoca a tres Violetas sobre un espacio casi vacío. Lo demás, recursos sonoros y visuales expuestos, un micrófono y una instalación en el centro del escenario: cartas, lanas, muebles en miniatura, objetos en general, soportados en el piso.
El proceso creativo comenzó el 2017 desde una modalidad de laboratorio de investigación y experimentación de lenguajes, recursos y materialidades, por lo tanto el cuadro compositivo está muy bien pensado, articulando vísceras, razón y un estado de constante emocionalidad en torno de la figura de Violeta Parra.
En este montaje el sentido de lo patrio y la idea de amor se hacen presentes en el inmenso idealismo de una Universidad del Folklore, en la reivindicación de un arte popular para todos y todas.
La compañía Malamadre tiene una característica formidable. Son migrantes, mujeres, madres y por sobre todo artistas, que aunque estén a muchos kilómetros de Chile se encuentran vinculadas a la creación y a la investigación en torno al teatro, la performance y la composición musical.
La banda sonora es original de Jeannette Pualuan, ex integrante de la destacada banda chilena «Mama Soul»; y a la que esta vez podemos ver en escena haciéndonos estremecer por su excelente técnica vocal.
También cabe destacar el tratamiento de la imagen a cargo de Juan Gianelli, fotógrafo y artista también radicado en México.
Un gavilán para Violeta: un ejercicio formidable de investigación, memoria y amor al teatro.
Rodrigo Peralta Godoy (1973). Actor, escritor y docente. Ha participado en diversos proyectos teatrales, cinematográficos y televisivos. Miembro fundador de la mítica compañía de teatro O-culto. Testigo directo del quehacer de finales de los ’80 y la década de los ’90 donde se formó como artista. Actualmente es director y editor de Ediciones Filacteria y ejerce como pedagogo en teatro.
La puesta en escena de «Un gavilán para Violeta» en Matucana 100
Ficha técnica:
Dirección y dramaturgia: Carla Romero y Javiera Núñez.
Elenco: Carla Romero, Javiera Núñez y Jeannette Pualuan.
Técnica: Juan Giannelli.
Música original: Jeannette Pualuan.
Producción: Francesca Ceccotti.
Colaboración en dramaturgia: Fernanda Martínez.
Sala: Microsala de Matucana 100.
Desde el jueves 21 al domingo hasta el domingo 31 de marzo, jueves a sábado, a las 20:00 horas, domingo a las 19:00 horas.
Valores de las entradas: $5.000 general. $4.000 estudiantes y tercera edad y $3.000 jueves popular.
Duración: 60 minutos.
Calificación: Todo espectador.
Dirección: Avenida Matucana N° 100, Estación Central, Santiago.
Rodrigo Peralta Godoy
Tráiler:
Créditos de las fotografías utilizadas: Centro Cultural Matucana 100.