El poeta nacional ha dado a conocer a través de las redes sociales una inédita moción a fin de que las Fuerzas Armadas del país rindan honores al pabellón patrio con la pronunciación de versos que reemplacen a las gastadas letras de la promesa actual, heredadas desde los tiempos de Gabriel González Videla.
Por Edmundo Moure Rojas
Publicado el 19.7.2020
José María Memet, “animal poético y político”, que une en sí estos dos esdrújulos, defendiendo con brillo la opción de componer y cantar su poesía en función de un sentido histórico–social con el que se halla comprometido desde las raíces. Habitante y luchador incansable de la polis —si aplicamos el aserto de Aristóteles, unido a la voluntad de poetizar y liberar el mundo—, miembro activo del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, trabajó durante más de diez años en la Vicaría de la Solidaridad; fue detenido, secuestrado y torturado por los esbirros de la dictadura militar, cuyos vástagos ideológicos siguen pugnando hoy por recuperar el poder absoluto con que asolaron Chile durante dieciséis años, cuyas cadenas aún aherrojan esta feble democracia que nos venden y falsean a diario los medios de incomunicación. Se muestra orgulloso de su ancestro Mapuche por vía materna, la fuente más perdurable de todas, la que nos liga a esa cultura de la oralidad que es obra fundamental de las mujeres.
Ahora nos sorprende con una curiosa propuesta de “juramento a la bandera”, en momentos en que la Derecha enquistada en el poder pugna por apropiarse, una vez más, de manera utilitaria y mercantil, de los manoseados conceptos emblemáticos que se sustentan en el lema ominoso que ostenta nuestro “pabellón patrio”: Por la razón o la fuerza, que hace un siglo inquietara a don Miguel de Unamuno, al punto de hacerle manifestar su desagrado: —Hombre, por la razón, siempre por la razón.
El poeta Memet nos entrega una novedosa proposición para el “juramento a las banderas” —en plural—, pues es imperativo incluir el emblema nacional de los primeros ancestros y habitantes de nuestra patria mestiza (Desconocemos si la propuesta ya fue entregada en La Moneda):
PROPOSICIÓN DE JURAMENTO A LA BANDERA DE LAS FF. AA., QUE SE INCLUIRÁ EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN QUE ESPERAMOS REDACTAR EN BREVE PLAZO
PROPOSICIÓN:
JURAMENTO A LAS BANDERAS
Yo, juro por esta tierra, que va desde el desierto hasta la Antártida, servir fielmente a los pueblos y habitantes que integran Chile, originarios e inmigrantes, entre cordillera y mar.
Prometo defender esta patria común, no violar los derechos humanos y no defender una clase social determinada. Juro defender el territorio de cualquier potencia extranjera. En este juramento, expreso como soldado y como ser humano, no obedecer órdenes que violen mi conciencia, y defender la vida de mis compatriotas con la propia si fuera necesario.
Juro, ante las banderas mapuche y de otros pueblos originarios, y ante la chilena, defender la democracia, la Constitución que el pueblo se dio por voluntad soberana, y la libertad de todos sus habitantes.
¡JURO! ¡Viva Chile! ¡Mongueleigün Chile!
¡Mongueleigün kom pu Mapuche!
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JURAMENTO ACTUAL
Yo, juro por Dios y por esta Bandera, servir fielmente a mi Patria, ya sea en mar o en tierra o en cualquier lugar, hasta rendir la vida si fuese necesario; cumplir con mis deberes y obligaciones militares, conforme a las leyes y reglamentos vigentes; obedecer con prontitud y puntualidad las órdenes de mis superiores y poner todo empeño en ser un soldado valiente, honrado y amante de mi Patria.
Ley N° 10.544, de 1952. Promulgada por Gabriel González Videla.
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—Bueno, compañero José María, en pedir no hay engaño… Pero recordemos una estrofa de lo que Pablo Neruda escribiera de ese Presidente, con versos que bien podrían resonar, en estas horas aciagas, en el Patio de los Naranjos:
Sabe quién es el que habla detrás de una cortina
de bayonetas, o detrás de animales de feria,
o detrás de los nuevos mercaderes,
pero nunca detrás del pueblo que lo busca
para hablar una hora con él, su última hora.
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Edmundo Moure Rojas, escritor, poeta y cronista, asumió como presidente titular de la Sociedad de Escritores de Chile (Sech) en 1989, luego del mandato democrático de Poli Délano, y además fue el gestor y fundador del Centro de Estudios Gallegos en el Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile, casa de estudios superiores en la cual ejerció durante once años la cátedra de «Lingua e Cultura Galegas».
Ha publicado veinticuatro libros, dieciocho en Sudamérica y seis de ellos en Europa. En 1997 obtuvo en España un primer premio por su ensayo Chiloé y Galicia, confines mágicos. Su último título puesto en circulación es el volumen de crónicas Memorias transeúntes.
En la actualidad ejerce como director titular del Diario Cine y Literatura.
Imagen destacada: José María Memet (1957).