Este volumen es el primer libro de la poeta y pintora autodidacta chilena, y quien desarrolla una propuesta que mezcla letra e imagen para retratar su visión del mundo y el reflejo poético de lo incierto en nuestra vida, la cual nos habla desde un tipo de nostalgia que a pesar de ser dramática, también se maravilla sobre los detalles del momento.
Por Jorge Cocio Sepúlveda
Publicado el 23.8.2019
“El día queda atrás, apenas consumido y ya inútil».
Blanca Varela
Y sin darnos el día termina para luego iniciar otro. Como una constante rueda que sigue su curso sin ninguna excusa para detenerse. Más bien, se convierte en lo único que nos afecta independiente de si exista o no; que es el tiempo. Un tema del que se ha escrito tanto después del amor. Pero mi objetivo no es debatir, sino tan sólo entregar una simple apreciación sobre una obra que justamente trata de ello en sus páginas, como es el caso de Verde incertidumbre.
Verde incertidumbre es el primer libro de la poeta y pintora autodidacta Myriam Tiznado Villarroel (Hualqui, 1997) quien desarrolla una propuesta que mezcla letra e imagen para retratar su visión del mundo y el reflejo poético de lo incierto en nuestra vida. Así por ejemplo tenemos en el texto El espesor de los alientos versos como: «hierve mi sangre/ que supura por los ojos/ las guaridas del llamado/ consumido. Al igual que Hundí mis manos al expresar: Me detuve a contemplar con decepción/ las escamas que quedaron en la piel/ en la ropa/ el mantel/ y el lienzo que era blanco».
Pero no solamente la autora se queda en la mera contemplación, sino también se hace cargo del recuerdo, como en el caso del poema Porque cuando perdido siento: «Sigo comprendiendo que atrás dejé/ algunos libros, algunos cuadros/ recuerdos, escritos, objetos/ lugares almas sujetos». Sea visto desde un futuro que rememora o bien desde lo que se ha perdido hasta ahora.
Porque si hay un tema que atraviesa todas las partes de este libro es el paso inevitable de las cosas y sus contrastes de existir con ellas como lo expresa en los versos de Verde incertidumbre: «¿Hoy quién me sostiene?/ ¿Quién cierra la puerta que abre la muerte?/ ¿Quién detiene la rapidez con la que camino veinte pasos / y el viento que abre las ventanas/ para lanzarme al vacío?».
De esta forma Verde incertidumbre nos habla desde un tipo de nostalgia que a pesar de ser dramática, también se maravilla sobre los detalles del momento. Y si a ello agregamos el complemento visual tenemos un contraste sumamente interesante donde literalmente palabra e imagen se conectan en el acto de observar la realidad en sus mínimos detalles. Desde el cambio de las estaciones, los rastros de pintura vieja, la gente que no hemos olvidado, el olor de libros viejos y el ocaso de la belleza.
Jorge Cocio Sepúlveda es licenciado en filosofía de la Universidad de Concepción (Chile), y además es músico y escritor. Ha desarrollado un proyecto musical concretado en tres discos: Nada es eterno (2009), Preludio de invierno (2010) y Frío verano (2017). Asimismo, ha editado dos plaquettes de poesía: Noche primitiva (2013) y Continente (2017).
Imagen destacada: Los bosques de Hualqui en la Octava Región de Chile.